Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

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sábado, 8 de abril de 2017

Los Héroes Oriolanos Olvidados: 8. Pedro de Tona




Corría el año 1331.

Hasta nuestros territorios habían llegado las excelencias del Héroe del Reino de Granada.

La historia de un cautivo que había pasado de cristiano sometido a una vida miserable a la de héroe local que con sus exitosas campañas y sus triunfos para la Corona granadina se extendían como la pólvora a través de los versos cantados de los juglares.

Por eso no es de extrañar el temor que sentimos en la comarca cuando supimos que ese hombre legendario que arrasaba todo lo que se interponía a su paso, que calcinaba las cosechas por los lugares por donde su sombra había pasado estaba muy cerca de Orihuela con la intención de arrasarla.

Gracias a Dios, aún teníamos un as en la manga. Nuestro castillo tenía fama de ser inexpugnable.

Su ejército de impecable organización, bien armado  y compuesto por un interminable número de soldados se dirigía hacia territorio oriolano con muy malas intenciones.

Los espías infiltrados en las aljamas sarracenas de la procuración habían dejado bien claro a Ridwan y a sus secuaces que Orihuela no se encontraba en un buen momento.

Atravesaron sin descanso la zona murciana y se dirigieron hacia el puerto de Guardamar que por aquella época era uno de los más importantes de España.

El grupo de los 27 estaba compuesto por lanceros y ballesteros de las más hábiles del reino.

Los habitantes de Orihuela casi respiraron aliviados al saber que los pasos del enemigo no se dirigían directamente sobre la ciudad pero el miedo que les generaba la figura y el nombre del granadino era tan superior que ninguno podía conciliar el sueño.

Todos sabían lo que significaba aquella ofensiva, Guardamar estaba perdida.

Pero de entre los ciudadanos de la Orihuela medieval surgió un hombre de origen murciano llamado Pedro de Tona, un almogávar estricto en sus convicciones que supo reunir una pequeña fuerza de combate almogávar compuesto por veintisiete de los mejores hombres de armas que habitaban Orihuela.

Y juntos decidieron acudir al rescate de la pequeña población de Guardamar.

Todos sabían que se dirigían hacia el cumplimiento de una misión suicida que como mucho sólo les daría por recompensa que sus nombres fueran tallados en la piedra como los de tantos mártires y héroes que habían luchado por una causa perdida.

Aprovechando la oscuridad de la noche atravesaron por sorpresa las líneas enemigas.

El ejército invasor no se esperaba una acción tan inverosímil que tacharon de locura.

Con la ayuda de los 27 empezó la batalla.

El ejército invasor que los superaba en número, armamento y  ordenación necesitó de 2 días para hacerse con la plaza.

No se esperaban que la lucha fuese tan cruenta al haber dado por hecho que la conquista del territorio ansiado era cuestión de unas horas.

Pero los nobles hombres oriolanos lucharon a muerte contra sus enemigos sin descanso, sin temor, animados de una sensación de gloria tocada por el altísimo que los llamaba a las puertas del cielo y de la historia.

Esta batalla será recordada por los siglos venideros.

Aquellos 27 hombres hicieron tanto daños a las tropas enemigas que Ridwan estuvo a punto de cancelar el ataque y regresar en busca de otros botines.

Pero finalmente se impuso la lógica del combate y la superioridad numérica se hizo efectiva al contar con ventajas tácticas y de armamento  de asedio.

22 de los 27 hombres valientes fueron masacrados durante el combate dando sus vidas por la ciudad de Guardamar.

El resto, junto con Pedro de Tona fueron capturados vivos cuando por fin consiguieron aprovechar una brecha en las defensas y se hicieron con la ansiada plaza. (En total se habla de 1200 presos).

Fueron llevados como cautivos a Granada para que fueran avergonzados y humillados por haber osado enfrentarse contra el Reino Granadino.

Y aquí les perdemos la pista a estos valerosos héroes que lucharon al más puro estilo de los 300 espartanos.

Qué injusto es el cine cuando ennoblecen el nombre de aquellos 300 que perecieron  y olvidan a caso hecho el valor que los 27 oriolanos mostraron ante un invasor implacable y superior en todos sus aspectos.

Desde aquí les honro y desearía que desde este día sus nombres no queden en el olvido nunca más.


FUENTE: 
LOS ALMOGÁVARES Aventura y guerra en Orihuela de Juan Ignacio Caballero

martes, 13 de diciembre de 2016

Lo que debes saber de nuestro castillo



1. Los Vikingos tomaron el Castillo en el año 859.


En la provincia de Alicante y Murcia podemos encontrar más de doscientos restos de esos Castillos que antaño se utilizaron para defender dichos territorios.

Algunos, rehabilitados con pasión por los arqueólogos de determinadas localidades son la envidia del resto de España, como el de Lorca o el de Alicante.

Nosotros en Orihuela, tristemente tenemos que conformarnos con las ruinas del que en la antigüedad fue considerado por todos nuestros amigos y enemigos como el más espectacular e impresionante de la península.

Una fortaleza inexpugnable que muy pocas veces fue tomada por la fuerza. Y que tenía a su alrededor una de las murallas más descomunales que se recuerdan de toda Europa.

Cánticos y Leyendas suenan tras las piedras de esas fabulosas construcciones que se levantaban desafiando incluso la fuerza de los vientos.

Aquí tenemos la Leyenda de la Armengola o la gesta de la mujer que fue capaz de desbaratar los planes de masacre de nuestros enemigos musulmanes.

También el relato publicado en la novela de Los Caballeros de Loyola que narra las peripecias y aventuras de un grupo de niños que permanecían internados en el Colegio Santo Domingo y que en una de sus excursiones vinieron a parar a la zona de los llamados calabozos del Castillo.

Sin olvidarnos por supuesto de la explosión del polvorín que esparció los miembros de casi cien soldados castellanos por la sierra y que a día de hoy aún no hemos sido capaces de encontrar.

Pero no debemos de conformarnos solo con estas bravas gestas.

Cientos de batallas se han librado en ese monte.

Miles de soldados perdieron allí su vida defendiendo unos ideales que les llevaron a la desdicha.

Esas piedras que coronan la cima de monte tienen un valor histórico realmente importante.

Pero, ¿es suficiente para competir con el resto de Castillos, murallas, torres, castillejos y demás que hay repartidos en el interior de la Comunidad Valenciana o la Región de Murcia?

Yo digo que no.

A esto, tenemos que añadirle un hecho que es exclusivo de Orihuela. Alguien muy especial se asentó en nuestro castillo y sólo en nuestro castillo de los tantos que pueblan las dos regiones.

Pero para ello tengo que empezar a hablaros de una serie de televisión que tiene cientos de miles de fans en todo el planeta.

Una de las series más exitosas de estos últimos años, VIKINGS, destaca por su gran fidelidad histórica.

Ya que parte de unas fuentes documentadas muy rigurosas y ricas en detalles como la fiel representación antropológica de la sociedad vikinga de la época.

Esta serie narra las aventuras del vikingo Ragnar Lodbrok que fue uno de los héroes más famosos de la cultura nórdica que saqueó Northumbria, Francia y Bretaña.

Arrastrado por las prometedoras leyendas que hablan de tierras al oeste donde aguardan grandes riquezas y harto de su jefe tribal, el conde Harldson, pide a su amigo Floki ayuda para que le construya una embarcación para lanzarse al mar en busca de aventuras.

Le apoyan un número de hombres valerosos como su hermano el despiadado y feroz Rollo que junto a él conspiran hasta destronar a Harldson, transformándose así en la leyenda viviente que vino a Orihuela, a establecerse en lo alto del Monte san Miguel en nuestra fortaleza desde donde organizó la mayor parte de sus asaltos.

Esto ocurrió por el año 859 después de Cristo.

Los oriolanos fuimos testigos de cómo una flota compuesta por 62 embarcaciones vikingas cargadas con cientos de hombres cada una que lucían largas melenas ondeando al viento, atravesaron la desembocadura del río Segura hasta llegar a nuestras puertas.

Armados por el deseo del sabor de la sangre y de suculentas riquezas, consiguieron hacerse con la fortaleza inexpugnable de Orihuela.

Desde nuestro castillo, según documenta el Museo Arqueológico MARQ de Alicante, se diseñaron y ejecutaron las incursiones que se realizaron por tierras mediterráneas que llegaron incluso a Baleares, Provenza, La Toscana y que dejaron devastados pueblos limítrofes pertenecientes a la costa Valenciana.

Todo ello fielmente reflejado en los documentos que se conservan de distintos cronistas musulmanes.

Si quieres conocer el lugar donde Ragnar diseñó los ataques más salvajes y despiadados de la historia de nuestra civilización, no te puedes perder la visita a nuestro castillo.

Apúntate con nosotros a la Ruta del Castillo.

El casi olvidado saqueo de los Vikingos a la antigua ciudad de Orihuela (Alicante) a finales del siglo IX, posiblemente tras remontar el río Segura, recobra protagonismo en la exposición que sobre estos guerreros nórdicos temidos por sus pillajes acoge el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).

Con el título "Vikingos. Señores del Norte. Gigantes del Mar", la muestra incluye 663 piezas cedidas desde el pasado mayo y hasta enero de 2017 por el Museo Nacional de Dinamarca, de Copenhague, y después de exhibirse en el MARQ, dependiente de la Diputación de Alicante, está previsto que recorra varios países hasta 2021.

Una flota de entre sesenta y setenta naves a vela y remo con centenares de estos bárbaros capitaneados por dos de los hijos del rey Ragnar Lodbrok (muy televisivo por la serie "Vikingos"), Bjorn y Hastein, alcanzaron por navegación de cabotaje la desembocadura del Segura, a la altura de Guardamar, a finales del año 858.

Se desconoce si atracaron allí los barcos o si aprovecharon el poco calado de sus entonces innovadoras quillas (que facilitaban la navegación fluvial) para remontar el curso y alcanzar Orihuela, en aquel entonces llamada Uryula y que constituía una de las principales ciudades de la Cora de Tudmir, provincia del reino de Al-Ándalus del omeya Muhammad I, que abarcaba el sur de Alicante y las áreas limítrofes de Murcia y Albacete.

El ataque de estos guerreros de Thor y Odín debió tener como fin hacerse con plata, esclavos y avituallamiento en su largo camino para tratar de tomar la ciudad de Roma (no lo lograron), en lo que se convirtió en la primera oleada vikinga por el Mediterráneo (858-861).

Habían partido de su campamento de Normandía (norte de Francia) y asaltaron A Coruña, Iria Flavia, Cádiz y Algeciras antes de alcanzar el sur de Alicante y hacer lo propio mediante una estrategia que se repetía y que tenía como propósito provocar el máximo pánico en la población local.

Aunque del ataque a Orihuela no queda constancia arqueológica, sí se conocen datos por escritos posteriores del historiador andalusí Ibn Hayyan y por varias menciones en las Sagas Islandesas del siglo XII, según ha relatado a Efe una de las comisarias de la exposición del MARQ, Teresa Ximénez.

Una vez que desembarcaban para tomar una ciudad, estos rubios guerreros hacían sonar a golpes sus escudos y quemaban todo a su paso para crear miedo y facilitar una rápida rendición, lo que les permitía volver cuanto antes a sus naves con el botín.
El arma predilecta de estos gigantes vikingos (tenían una estatura media de 1,70 metros por 1,50 de aquellos hispanos) era el hacha danesa, de mango largo y que cogían a doble mano, y también usaban espadas, lanzas y arcos, al tiempo que se protegían con escudos.

Apreciaban sobremanera la plata porque era su metal predilecto para las joyas y amuletos, muchos de ellos con la representación del martillo de Thor (Dios de la guerra), ya que era un pueblo de marcado carácter supersticioso.

El temor que despertaron estos ataques en el imaginario colectivo, unido a otros peligros del mar por los piratas y corsarios, provocó la creación de la primera flota naval por Abderramán II y una cierta militarización de la costa.

De esto último es ejemplo, según Ximénez, la rábita de Guardamar, fortaleza religioso-militar musulmana de entre finales del siglo IX y principios del X formada por pequeños espacios oratorios.

La falta de restos arqueológicos de lo ocurrido en Orihuela ha hecho que los responsables de la exposición hayan pedido algunas piezas coetáneas al Museo Arqueológico de Córdoba, como una celosía de mármol blanco, un capitel y diversas monedas de dirham de plata, las preferidas de los vikingos para fundir el metal y elaborar sus amuletos.

El apartado sobre el ataque oriolano ocupa la parte final de la tercera sala que compone la muestra, que está dedicada a la religión y las creencias, donde destaca una réplica de la famosa piedra de Jelling, a la que muchos ven como el símbolo del nacimiento de Dinamarca y que fue erigida en 965 por el vikingo Harald Bluetooth, cuya trascendencia ha servido para bautizar el conocido dispositivo actual de los teléfonos móviles.

FUENTE:
http://www.efe.com/…/el-olvidado-saqueo-de-or…/10005-2993935



2. Durante la Guerra de los Dos Pedros, entre las Coronas de Castilla y Aragón, los oriolanos tuvieron que recurrir al canibalismo para sobrevivir durante el sitio al que fueron sometidos.


El río Segura fue el escenario escogido para albergar los restos de aquellos soldados oriolanos que fueron degollados y descuartizados tras sobrevivir a una de las luchas más salvajes y sangrientas acontecidas en la Vega Baja en la llamada Guerra de los Dos Pedros.

Cuentan las crónicas que de 7000 habitantes tan sólo quedaron 500 y encima sus mujeres fueron entregadas a la soldadesca castellana que fue la que se alzó con la victoria comandada por Pedro el Cruel.

Pero en este episodio tan sangriento de nuestra historia es donde se demostró el valor y la fidelidad que los oriolanos tuvieron para el que ellos consideraban su monarca Pedro IV el Ceremonioso.

Dicho soberano, reconociendo la resistencia que los oriolanos opusimos al rey Pedro el Cruel nos concedió en el año 1380 el privilegio de la fidelidad.

Y gracias a él y a este relato de su mano conocemos de lo que los oriolanos tuvimos que hacer para sobrevivir:

Nos ni los nuestros pudiéramos ni pudieran en modo alguno
socorreros; empero, no por ello desmayó vuestro valor,
sino que haciendo de la necesidad virtud, después de haberos comido
para sostener la vida, los cueros de las bestias y perros y ratones y,
lo que es más repugnante a la humanidad,
los cadáveres de los enemigos que podíais coger.

De estas palabras que el rey nos dedicó para ensalzar nuestro honor como defensores salió uno de los lemas que orlan nuestro escudo y que acompaña al pájaro del Oriol:

Semper prevaluit ensis vester
(Siempre prevaleció vuestra espada)



3. El Rey castellano, Pedro II el Cruel, tomó el castillo de Orihuela a traición asaeteando a su alcaide Juan Martínez de Eslava, cuando volvía a la fortaleza después de un parlamento.

Emulando el heroísmo de Sagunto y Numancia, Orihuela se personifica y se inmortaliza en la insigne figura de D. Juan Martínez de Eslava, alcaide del Castillo que murió asesinado cobardemente por la felonía e inhumanidad del rey Castellano.

Pues supo estar al frente de la ciudad de Orihuela ante el cerco al que fuimos sometidos por las tropas de Pedro El Cruel, proclamando Pedro IV de Aragón la pura fidelidad y la extrema valentía de aquellos oriolanos que resistieron por largos años el asedio del terrible invasor.

Nombran las crónicas de los tiempos del Rey don Pedro IV de Aragón a Juan Martínez de Eslava, que siguió fielmente la voz y causa de ese monarca en la unión de Aragón y Valencia, por lo que el citado don Pedro IV le hizo merced de la gobernación de Orihuela, donde pronto fue menester su valor para defender la plaza contra el ataque del Rey de Castilla don Pedro I, “el Cruel”, que la combatió infructuosamente.

Volvió, sin embargo, el Monarca castellano por segunda vez, y con un poderoso ejército, a sitiar la ciudad y castillo de Orihuela, pero comprendiendo que mientras defendiese la plaza Juan Martínez e Eslava no conseguiría conquistarla, hizo llegar a sus puertas “un trompeta con bandera de seguro, y que en su nombre se dijese al gobernador quisiese venir a parlamento con él en su tienda, que tenía que practicar cosas del beneficio común. Aseguráronle mucho la salida a Juan Martínez de Eslava unos caballeros vasallos del Rey de Castilla, y con eso salió a ver qué le quería; mas como era (don Pedro I) de ánimo cruel, tenía puestos dos ballesteros en cierto puesto y dada orden que en llegando el gobernador cerca de su tienda, le tirasen y matasen, como en efecto lo hicieron, por donde hubo de rendirse el castillo”.

Dio el combate á Origuela Jueves á 30 del mes de Mayo de este año, y los de la Villa se defendían muy bien; y fue muerto en aquel combate un gran Cavallero de la Andalucía, que se decía Don Alonso Perez de Guzmán.
Dentro de ocho días se dieron los de la Villa , y combatiose el Castillo con toda furia, y al fin se hubo de rendir á partido.

Por cuanto durante el cerco de doce años , recibisteis inmunerables daños , por haberos talados los campos, guertas y árboles, y arruinado todo el término, y haberos muerto los mas de vosotros, que de seis, ó siete mil que érades, parte murieron peleando,  y otros en poder del mismo Rey presos, con ásperos, y nefandos linajes de muerte los acabó, de manera, que apenas quedaron seiscientos; y aunque no fue menor el daño que les hicistes, en fin huvo de venir en poder de ellos la Villa, y los que quedastes en ella; por ende. Fué dado este privilegio en Barcelona á á 18 de Julio, año 1380.

Tomada la Villa; combatiose el castillo, que era uno de los mejores y mas bien labrados que había en España. Estaba en su defensa Juan Martinez de Eslava, un caballero muy principal, y valiente, y rico hombre de Aragon. Entendiendo el Rey de Castilla, que de solo su valor, y consejo dependía la defensa de aquella fuerza, hízole llamar á trato para hablar con él; y sieno asegurado por algunos Cavalleros, saliendo fuera á la había, estando el Rey en una estrada encubierta, dos Ballesteros que tenía consigo le tiraron dos saetas, y fue herido en el rostro malamente. Viendo la gente del Castillo, su Alcaide, sin esperanza de vida, confusos, y tristes, en efecto rindieron el Castillo á partido, y á pocos días murió Juan Martinez de Eslava de la herida; y aun huvo sospecha , que cohechados los Cirujanos por el Rey de Castilla, echaron ponzoña en la llaga, con que muriese. El Rey Don Pedro de Castilla reparaba tan poco en el modo, que como él se pudiese señorear de sus enemigos, no consideraba si el trato era honesto. Ó no; solo quería hacer menos sus contrarios, sin tener respecto a justicia, ni razón; causa del odio general con que era aborrecido.

Viendo inútiles sus ataques, pidió y obtuvo una entrevista con el gobernador Eslava,a guisa de tratar unas treguas, ofreciéndole las seguridades que reclamó para llegar al campamento. El bravo valenciano, confiando en la palabra del rey, salió con efecto de Orihuela; pero al entrar en el punto señalado para la conferencia, fue herido a traición por dos ballesteros que el rey había hecho apostar con este objeto. Eslava no murió en el acto, porque las heridas que había recibido no ofrecía gravedad; pero falleció, sin embargo, á pocos días, con sospechas de que el mismo rey mandó a los cirujanos, que las envenenasen.



4. En 1707, cayó un rayo en el polvorín del castillo, muriendo en la explosión más de 80 soldados del Regimiento de Madrid que formaban parte de la guarnición borbónica.

Cómo hemos ido a parar de tener uno de los castillos más bellos y esplendorosos de la Península Ibérica (según cuenta el cronista Jerónimo Zurita en el siglo XV) y del que destacaba también su inexpugnabilidad, amplitud y grandeza a las pocas ruinas que nos quedan hoy.

Una fortaleza que se batía con los cielos y que ofrecía una visibilidad estratégica absoluta desde donde estaba erigido.

Durante la Guerra de Sucesión en la que Orihuela era en principio partidaria de Felipe V pero luego de Carlos III por el apoyo del Marqués de Rafal , después del saqueo del cardenal Belluga, concretamente el 28 de mayo de 1707 a las 8 y media de la mañana un siniestro rayo cayó en el lugar en donde antaño se retenía y torturaba a los prisioneros, la mazmorra, pero que en esos tiempos albergaba unos cuantos barriles de pólvora.

La explosión fue espectacular y parte del castillo voló por los aires.

De los 90 hombres del regimiento de Madrid que estaba de guarnición sólo se encontraron 23 cuerpos completos.

El resto, los 67 restantes en forma de almas en pena aun vagan por la sierra de Orihuela buscando las partes de su cuerpo que perdieron en la explosión.



5. A principios de los años 60 del siglo XX se propuso un proyecto para erigir un Sagrado Corazón de Jesús en el castillo, a imitación del de Monteagudo.


jueves, 13 de octubre de 2016

Historias de Orihuela: La Provocación



Pasaba ya la mitad del mes de septiembre del año 1705 cuando se dejaron ver por Orihuela algunos que nadie conocía.

Estos forasteros, vestían trajes militares y entre ellos destacaban los oficiales, coroneles y soldados de mayor rango.

Venían dispuestos a luchar en la guerra que se producía en Cataluña.

Con mucha arrogancia y descarada falta de cortesía, exigieron a los oriolanos, poder alojarse en las casas de los vecinos. Así también, como caballos, mulas y sillas de montar.

No sabían estos cazurros, que Orihuela estaba exenta, por gracia de su majestad y gracias a los privilegios obtenidos en años anteriores, de esta impuesta obligación.

Para evitar el enojo de los militares y queriendo demostrar el amor que los oriolanos sentían por su rey, consintieron en darles alojamiento en una posada.

El jurado de la ciudad, Don José de Rocafull, dio las órdenes pertinentes para que con toda celeridad, se requisaran las cabalgaduras que estos soldados requerían.

Descontentos con la solución de alojarlos en una posada, y con la tardanza en la obtención de los caballos, se quejaron a uno de sus coroneles y este acudió en busca de Don José para reprenderle.

La queja fue de carácter insolente y cargada de mucha aspereza.

El Justicia, se excusó diciendo que era poco el tiempo el que habían tenido para hacer cumplir tal menesteres.

El coronel, no aceptó las disculpas y le imputó a la cara:                       

“Como yo tuviese aquí mi regimiento, ya andaríais con más diligencia, y de no, por más jurado que fueseis os llevaría arrastrando a la cola de mi caballo.”

Don José se quedó maravillado, no se esperaba una reprimenda cargada de tanta chulería y entonces le respondió con tanta socarronería como pudo:

“Me admira, señor coronel, que para tan poca cosa como lo es el atarme a la cola de vuestro caballo, necesitéis nada menos que todo vuestro regimiento.”

El coronel al sentirse ofendido y con un arrebato de cólera, tiró de la espada. Rocaful, tiró de la suya.

Gritaron los vecinos y acudieron soldados tanto forasteros como de Orihuela y se enzarzaron en una terrible disputa al más puro estilo de los soldados de Richelieu contra los Tres Mosqueteros.

Cuando con más fuerza se batían y con más ganas se sentían de herirse los unos a los otros, apareció en el campo de batalla, el teniente de gobernador y el justicia y con muchas dificultades, consiguieron detener la refriega.

FUENTE:
Rufino Gea LOS ORIOLANOS DE ANTAÑO


viernes, 13 de mayo de 2016

El asalto vikingo de Orihuela


Por el año 859 después de cristo, una flota vikinga compuesta por 62 barcos repletos de soldados expertos en la batalla decidió acudir por la desembocadura del río Segura hasta las puertas de Orihuela. Comandados por los hermanos Hasting y Bjorn, más conocido como Costilla de Hierro, convirtieron Orihuela, tras saquearla, en su base de operaciones Normanda llegando a ocupar incluso nuestro castillo.

Varias embarcaciones vikingas conocidas como drakkars, las naves más veloces y poderosas del Océano Atlántico y capaces de transportar hasta 121 hombres gracias a su pobre calado podían adentrarse por los ríos hasta llegar a las ciudades desprotegidas que no esperaban un ataque desde las dulces aguas.

Así empezaron desde Orihuela muchas de sus incursiones por tierras mediterráneas que llegaron incluso a Baleares, Provenza y la Toscana devastando por el camino varios de los pueblos limítrofes de la región de Valencia.

Uno de los restos que nos quedan que prueba sus aventuras por estos lares, además de los documentos que se conservan de diferentes cronistas árabes, es el apellido Imbernón que se trata de una palabra de procedencia nórdica.

“Y quiso Dios castigarnos por nuestros pecados ya que las salvajes gentes normandas vinieron a esta tierra para destruir nuestros templos. Sus ocupantes fueron llevados presos y ajusticiados con la espada, el fuego consumió las escrituras y las mismas piedras perecieron por las llamas”.

Muchas batallas se entablaron de las cuales el resultado fue incierto.

Algunas se decantaron a favor de los árabes, otras por el contrario terminaban en ciudades arrasadas bajo el poder del fuego. Lo cierto es que los vikingos que sobrevivieron a las numerosas derrotas que pudieron infligirles los pueblos islámicos, se dispersaron por el territorio peninsular para establecerse como granjeros.

¿Significa eso que por nuestros cuerpos corre sangre vikinga?

Podría ser.