Orihuela 1904.
En la vieja calle San Pascual, en una zona situada entre las
casas del facultativo D. José M. García, el barbero D. Juan de Dios Teruel (nº 9) y la
deshabitada de los herederos de D. Estaban Costa, (nº 7) empezó a originarse un
fenómeno muy extraño.
Durante varios días, se estuvieron escuchando sonidos
parecidos a golpes secos producidos con mucha fuerza que hasta hacían vibrar
los cristales y las puertas de las ventanas de los edificios contiguos.
Los vecinos se pusieron en alerta e hicieron la pertinente
denuncia a las autoridades de Orihuela que no quisieron mover ni un dedo por apaciguar
los ánimos.
Pero los ruidos, en vez de calmarse se intensificaron la
noche del 19 de julio de 1904 provocando el terror y la incomprensión de todos
los que sintieron en sus carnes aquellos malditos sonidos que parecían salir de
las entrañas del infierno..
Desconociéndose por completo la causa que los originaba, las
personas que vivían por los alrededores empezaron a murmurar que se trataba de
fantasmas o duendes que se habían apoderado de aquel lugar.
Algunos de los más curiosos se atrevieron a observar el
fenómeno durante horas para ver si podían determinar la causa de los mismos.
Uno de los redactores de la prensa local, concretamente de
El Diario Orcelitano se personó en el lugar de los hechos para dar
testimonio de que los rumores que corrían por la ciudad no eran un bulo y fue
testigo directo de los golpes producidos por manos invisibles y publicó la
noticia al día siguiente en la sección de sucesos.
El fenómeno volvió a repetirse durante tres largas noches.
Los vecinos volvieron a sentirse asustados y esta vez sí,
consiguieron determinar el lugar exacto de donde procedían.
Una siniestra vivienda abandonada durante años parecía ser
el foco de donde partían aquellos monstruosos sonidos nocturnos.
* Se trata de fotos genéricas de distintos puntos de la calle San Pascual que no tienen por qué estar relacionados con el artículo.
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