Es quizás el primer caso documentado en el siglo XX sobre fenómenos paranormales que tiene nuestra querida ciudad.
Hace más de 20 años, en un programa de La cadena de Televisión local TELEORIHUELA, se le hizo una entrevista a una mujer de esta calle.
En el centro de la foto de portada de esta entrada, en la parte superior, hay una vivienda alta en la que se puede observar una ventana que destaca de entre el resto de la pared pintada de color blanco.
En este inmueble, vivían dos familias: la que todos conocían como “La Enri” en la parte de abajo que es la que se ve todo enladrillada y su cuñada María con su marido en la de arriba, la de la ventana.
El caso es que la protagonista del suceso, apareció en un programa de televisión para denunciar que había algo en su casa que no la dejaba descansar.
Por las noches, sin haber nadie presente sentía como algo se acercaba sobre la cama y le tocaba los pies.
Aparte estaban los ruidos extraños que sonaban a cualquier hora del día y que en ocasiones semejaban voces susurrantes de ultratumba.
Un día, "La Enri" fue testigo de un rostro que apareció de la nada al borde de la puerta de su habitación.
El fenómeno duró bastantes días y la aparición televisiva le sirvió para demandar una nueva vivienda.
Ante tal escenario presentado en Teleorihuela, los curiosos no tardaron en visitar el lugar para ver si con un poco de suerte podrían encontrase cara a cara con el ente del más allá que estaba atemorizando a la oriolana.
Y lo cierto es que algo extraño y oscuro debía suceder en el inmueble que a los pocos días intervino el ayuntamiento.
Con una orden bajo el brazo, unos obreros se encargaron de que esta vivienda no fuera jamás visitada cortando todo acceso hacia ella. Y las familias fueron destinadas hacia otros lugares.
“La Enri” no quiso nunca más volver a pisar el suelo de la ciudad en la que tanto miedo había tenido y se marchó fuera a vivir. Actualmente, un rumor, la sitúa en Alicante.
La otra pareja también dejó su casa y se fueron a vivir, según me consta, a un barrio muy nombrado de Orihuela.
Testigo mudo de los sucesos paranormales que acontecieron durante varios días en la ciudad de Orihuela podemos encontrar la casa de “La Enri” allá en lo más alto de la calle Timor, una de las calles más antiguas de nuestra ciudad.
No sabemos si lo que ocurrió fue la artimaña de una mujer que quiso cambiar de vivienda o si de veras sintió en sus carnes la amenaza nocturna de una forma espectral que se acercaba a los pies de la cama con abyectas intenciones.
Lo que está fuera de toda duda es que la vivienda se inutilizó y sus habitantes se marcharon para siempre de allí.
Si alguien ha pasado por esta calle a partir de las horas en las que la noche se hace más oscura no habrá podido evitar sentir un escalofrío al pasar junto a la vieja casa de ladrillo de "La Enri" y su cuñada María.
EXTRACTO DEL ARTÍCULO DEL DIARIO INFORMACIÓN publicado por Antonio Luis Galiano, Cronista oficial de la ciudad de Orihuela el 02/12/2018:
"Como lo era también la siguiente noticia que nos venía de la mano de Pablo Riquelme, y aunque, no sabemos con qué marca se debería identificar una vivienda en la calle Timor, en la que una familia de etnia gitana compuesta por un matrimonio joven con tres hijos que estaba «atormentada por los espíritus». Al parecer consideraban que estaban sufriendo muchos efectos paranormales, como ponerse el aparato de radio solo en marcha, o moverse la vajilla, e incluso «en una ocasión una taza salió volando», impactando en una pared. Por supuesto, como en estos casos no podían faltar ruidos insospechados, o apagarse el fuego de la cocina.
La asustada familia, pensando que la solución sería rociar con agua bendita, recurrió a un sacerdote, el cual opinó que la esposa no debía de estar en sus cabales. El asunto no queda ahí, ya que en una entrevista radiofónica que se realizó al matrimonio, aseguraron que estaban sufriendo una maldición por parte de la anterior inquilina, llegando a esta conclusión tras haber consultado con una curandera, que les predijo que dicha maldición consistía en un juramento de aquella de que «nunca vivirían gitanos en su casa». Al final, lo que deseaban era que se les instalase la luz eléctrica en la vivienda o que les facilitaran otra. Como conclusión, tanto este asunto con sus motivos y la posible solución queda dentro de lo extraño."
En la casa continua vive un familiar mio, desde que tengo uso de razón más o menos desde el 98, siempre he conocido la casa de la tal Maria habitada por un hombre extranjero, llamado malamente por la gente ''piter'', hace unos años murió, y mi padre me ha contado que esa casa era de sus padres durante una época sobre los años 70, y que yo sepa no tengo familia de etnia gitana. Alomejor no es la misma casa que aparece en las fotos, pero yo hablo de las dos últimas casas de esta calle y son las que aparecen.
ResponderEliminarGracias por comentar. Esta historia está basada en los testimonios de personas que recuerdan un hecho de hace muchos años. Todo lo que me puedas contar para aclarar o modificar el articulo es bienvenido.
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