Aquella noche anterior había tenido un mal sueño.
Había visto venir de cerca a la muerte en un escenario extraño
que no acertaba a identificar y en donde un hombre y una mujer se veían
aplastados por un montón de piedras.
Las primeras horas de la mañana las había pasado poniendo en
alerta a su marido, el sacristán de la ermita de Nuestra Señora de la Salud , nombre que había
adquirido justo después de la epidemia de peste que había hecho estragos entre
la población de Orihuela.
En un principio la capilla había sido construida en 1449, el
año de nacimiento de Juan de la
Cosa , el célebre cosmógrafo que trazó el mapamundi de la
costa atlántica americana.
Sobre ella un hermoso trabajo de Pedro Brizuela y Campomanes
(Pere Brizuela, sacerdote y vecino de la calle de origen noble) dotaba a la ermita de un encanto especial al mostrar con
gracia las imágenes de Nuestra Señora de la Asunción y San
Ambrosio Obispo. Estaba esta situada rasante al arco, sobre la acequia. Y se comunicaba con su propio domicilio a través de una puerta lateral. Tenía un tamaño mediano y estaba dotada de dos salas para acoger a los peregrinos que necesitasen de su misericordia. Tenía una torre de tamaño medio que contaba con dos campanas y en uno de los costados lucía el escudo de los Brizuela. Al morir en 1487, donó la ermita mediante escritura a los vecinos de la calle. Se sabe que fue enterrado en dicha calle.
Pero la peste fue tan horrible que los oriolanos se vieron
en la obligación de cambiarlos en 1510 por
Nuestra Señora de la Salud.
Así pasó la mujer las horas del día con una sensación
extraña que no la abandonaba.
Era 17 de diciembre del año 1591.
Conforme se iba haciendo más tarde, se sentía más
desconsolada y con más temor de Dios, sabía que algo no iba bien y aunque su
marido no la quería escuchar sabía que estaba a punto de ocurrir algo malo.
Así que llegó la noche y cuando se disponían a descansar
para recuperar fuerzas y poder emprender el siguiente día con energías
renovadas creyó escuchar un ruido diferente a todos los que había escuchado con
anterioridad. Fue la llamada de la muerte.
Cuando pudo darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder
lo último que le dio tiempo a contemplar fue como un montón de escombros caían
sobre ella aplastándola y dejándola sin vida junto al cadáver de su marido que
había perecido de la misma manera.
Así quedaron los dos cuerpos de los dos vecinos de Orihuela
que habían elegido servir y dar su vida a Dios.
Por entre los escombros se podía ver también la acequia en
donde se había levantado el edificio.
Desde entonces, no son pocos los vecinos que se han quejado
de haber escuchado sonidos misteriosos en la calle muy cerca del lugar en donde
había estado hasta ese día el Arco de la calle de La Corredera.
FUENTES:
LA VERDAD DIGITAL, artículo de ANTONIO LUIS GALIANO.
EL DIARIO ORCELITANO nº 146, 5 de agosto de 1904.
LA VERDAD DIGITAL, artículo de ANTONIO LUIS GALIANO.
EL DIARIO ORCELITANO nº 146, 5 de agosto de 1904.
Yo viví en la calle cercana al arco donde esta la virgen, CALLE MORERAS, desde muy pequeña salia de reina infantil y como todos y todas los que salíamos, me tocaba subir a hacer la ofrenda. Si que es verdad que cada vez qué subia me daban escalofríos, y sentia como si alguien me empujara para que me marchase, hasta ahora después de leer tu artículo pensaba que era vértigo,por la altura que tiene y las escaleras para subir hasta el ventanuco. Pero ahora mismo estoy un poco aterrorizada, porque puede ser que me encontrara con estos entes. Pero no es la única experiencia que he tenido. En la casa que vivia en la calle anteriormente mencionada, me paso algo que jamás olvido, ni olvidare. Yo tenía 6 años casi, Como todas las mañanas mi madre estaba limpiando y yo me quedaba en la cocina jugando, de repente escuche un ruido que procedia de las habitaciones, me asomé un poco por las escaleras y entonces vi una mujer con una túnica negra que la cubria casi todo. Me quedé helada sin saber que hacer, solo puede mirar hacia donde fue se y estoy muy segura de que se metió en el baño, cuando finalmente deje de ver a la mujer corri a decirle a mi madre lo que vi. Le pregunté a mi madre si había venido mi abuela, y ella me dijo que no me pregunto por que y entonces le conté lo que vi. En un principio mi madre pensó que erá un ladrón, ya que habían dado la alarma de que estaban entrando en las casas, fue arriba revisó todo y estaba todo en su sitio. Yo seguia abajo esperando a mi madre, cuando bajo le dije que se había metido al baño, fuimos y la ventana que daba al patio estaba cerrada y allí no avia nadie, parecia que se la hubiera tragado la tierra. En fin al poco tiempo nos fuimos a otro lado, no se que era ni quien pero estoy muy segura de lo que vi y jamás lo olvidare, la verdad que muchas veces me dan ganas de volver y averiguar si sigue hay y quien es, pero desafortunadamente no se puede ya que hay otra familia viviendo en ella. Bueno Victor navarro un saludo desde villena, y espero leer más artículos tuyos, son verdaderamente interesantes e importantes, espero hacer algún día la ruta enhorabuena por todo y un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola, gracias por el testimonio. Ya lo pasado al Blog: http://ciudadorihuela.blogspot.com.es/2016/10/ficcion-10-lugares-de-orihuela-en-donde_18.html
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