Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

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sábado, 7 de enero de 2017

El Demonio del Palacio de la Baronesa de la Linde



Estamos a los pies del palacio de la baronesa de la linde, un palacio de estilo neogótico que fue construido entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Su fachada es bastante interesante ya que es de estilo neogótico como he dicho antes y es única en toda la ciudad de Orihuela y se pueden ver con claridad unas ventanas ojivales con escudos nobiliarios y en la portada vemos un arco con baquetones estilo gótico sin ojiva.

Bueno, vamos a contar la leyenda que conocemos sobre este lugar según nos consta a través de los testimonios de algunas personas que han participado en la ruta.

El Palacio, por la descripción que nos hacen de cómo es por dentro, yo no he llegado a verlo, con una armadura a cada lado de una larga escalera preciosa atravesada de una alfombra roja y un jardín enorme que llega hasta la otra calle.

Una de las personas que vinieron a la ruta era una una enfermera y esta mujer había estado al cuidado de una de las últimas supervivientes de la familia noble dueña del palacio.

Esta mujer mayor llegó hasta los 90 años más o menos y cuenta la enfermera que se encontraba de servicio acompañada de su hija y una amiga de esta.

La anciana, persona de sangre noble, no era de contar historias banales, misteriosas o bromas.

Su forma de hablar era muy peculiar porque ella no decía parrafadas, lo que hacía era recitar dulces frases que más bien parecían poemas.

Esta sabia y respetada mujer contó que en el lugar donde actualmente reside el palacio, antes de haber sido construido, ya se comentaba sobre una presencia maligna en aquel lugar y de hecho cuando el palacio fue ocupado por sus familiares se producían una serie de extraños fenómenos como desaparición o cambio de lugar de algunos objetos y sonidos de origen desconocido que en la oscuridad de la noche helaban la sangre a cualquiera.

Como las niñas no la creyeron, la mujer hizo que entraran a una estancia que permanecía cerrada y abandonada y les dijo que trajeran ante su presencia una silla de aspecto napoleónico.

En la base de la silla, dónde se ponen las posaderas, había la forma de una garra como si se hubiera quedado una mano diabólica marcada a fuego en la silla.


...

Una leyenda de este lugar más conocida en Orihuela por todos, es que el barón tenía en el jardín un huerto y en él tenía árboles frutales como podrían ser Higueras.

Las Higueras daban unos frutos de agradable aspecto y espectacular sabor.

Todos sabían de las excelencias de sabor de aquellos productos cuidados a mano por el servicio del Palacio.

Pero como el hambre está por todas partes, resulta que algunos niños con el estómago vacío escuchaban la llamada de sus desnutridos organismos a devorar aquellas delicias.

Algunos vecinos del barrio se colaban sin que se dieran cuenta y robaban algunos higos.

El barón estaba ya cansado de estos pequeños granujillas y ordenó a sus criados que por favor si algún día veían a alguno de aquellos pequeños rateros en el interior de su huerto que lo avisaran.

Y eso es lo que ocurrió.

Un día, un grupo de pequeñuelos con malas intenciones penetraron en el recinto y se acercaron con sigilo al huerto en donde se erguían las higueras luciendo sus frescos frutos.

Uno de los criados se dio cuenta de lo que estaba pasando y acudió con presteza a avisar al patrón.

Entre varios del servicio, bajo las órdenes de capturar al granujilla dadas, fueron rodeando a uno de estos chicos y por sorpresa lo acorralaron.

El niño asustado e inquieto empezó a golpearlos y a mover las piernas en todas direcciones intentando escapar.

El Barón se acercó a él y le dirigió una severa mirada que dejó al niño completamente paralizado.

Cuenta la tradición que aquel hombre sin escrúpulos colocó la mano del niño sobre una superficie y de un golpe seco y rápido lo dejó manco de un hachazo.

(Creo que esto también podría explicar lo de la mancha de la mano en la silla).


NUEVAS INVESTIGACIONES


Tras muchos papeles y libros ojeados tuve la suerte de descubrir entre los millones de documentos editados por ilustres oriolanos uno que me pareció muy destacable.

No tanto por el hecho que relata en sí que coincide con extrema exactitud con lo contado en este blog salvo pequeños detalles sino por la importancia de su autor en cuanto a prestigio y renombre internacional.

En la obra teatral "El labrador de más aire" de nuestro autor más carismático y conocido en el mundo, Miguel Hernández hay una referencia a este hecho:


Fue éste el caso: le dio a cierta

rapazuela candorosa
por cosechar una rosa
cada día en una huerta.
La huerta pertenecía
al dominio del señor
que advirtió lo de la flor
de la niña cierto día.
Y cuando llegó al siguiente
ella de un modo sencillo
al rosal, salió un cuchillo
colérico y reluciente
al encuentro de su mano;
y con los dedos partidos
quedó, pegando alaridos
y desangrándose en vano.

Juan

¿Pero es posible? ¡Canalla!
Si fuera el suceso cierto,
merecería estar muerto
hace ya mucho tiempo.

Podríamos considerar este relato como fruto de la imaginación propagandística de un escritor con ansias revolucionarias: un aristócrata, harto de ver que una niña ha cogido la costumbre de cortar una flor de su huerto cada vez que pasa por delante, le rebana los dedos con un cuchillo. 


Per lamentablemente, el suceso ocurrió realmente en la ciudad de Orihuela por obra y gracia del ciudadano Antonio de Piniés y Roca de Togores, barón de La Linde, casado con la marquesa de Rubalcába. y jefe local de Falange. Al estallar la Guerra Civil se le imputó concretamente este cargo y juzgando que, efectivamente, «merecería estar muerto», fue fusilado. (Según investigaciones realizadas por Eutimio Martín para su obra EL OFICIO DE POETA.

Josefina Manresa, en su autobiografía RECUERDOS DE LA VIUDA DE MIGUEL HERNÁNDEZ alude al siniestro suceso protagonizado por el Barón de la Linde que, obviamente quedó anclado en la memoria colectiva de Orihuela.

Cita textualmente: 

"En Orihuela, entre los marquesados que abundan, estas casas preciosas, con sus jardines que yo recuerdo volteándose por sus tapias las ramas verdes y sus flores. En una de ellas habitaba un barón que vivía feliz con su huerto y su jardín, pero, harto el hombre de que los chi­quitos se subieran a las tapias a coger ese capricho de colores que a ellos les llamaba la atención, salió un día entre las ramas el titula­do y, con la tijera de podar, le cortó la mano a un niño".

viernes, 25 de noviembre de 2016

Anécdotas de nuestros cines: El Riacho

* Sólo se trata de una anécdota, no entro a valorar quien tiene razón ni tampoco quiero que se convierta esta entrada en un panfleto político de ningún color. Sólo reflejo las dos versiones que me han llegado hasta los oídos.

La versión de la Izquierda:

En 1971, un grupo de jóvenes cargados de ilusión y optimismo, forman un pequeño grupo cultural en la calle de la corredera. El Club Tháder.

Allí se reunieron de vez en cuando para tratar temas de relevancia.

Uno de sus actos más importantes fue el Primer Homenaje en la Historia de Orihuela a Miguel Hernández en el aniversario de su muerte.

Durante una semana (del 22 al 27 de Marzo de 1971) se celebraron en el local del cine Riacho, una serie de actos tales como conferencias, teatro, música y poesía.

El lleno fue absoluto.

El pueblo oriolano participó activamente de estos actos y fue una alegría comprobar que la memoria de nuestro poeta no había caído en el olvido.

Para costear la carga económica que supuso este esfuerzo extra se propusieron varias soluciones:

La primera de ellas era una rifa de un viaje a través de la venta de las típicas papeletas. Pero fue desechado por el escaso margen de beneficio.

Entonces, sus cabezas fueron iluminadas por la llama de la sabiduría y optaron por cambiar el premio del viaje por regalar las Obras Completas de Miguel Hernández.

Fue tal el éxito de la rifa que tuvo que volver a repetirla.

Así fueron sufragados la mayor parte de los gastos.

Con toda la programación de los distintos actos ya programada, vino para desmoralizarlos el problema de la censura.

El grupo ilicitano escogido que iba a realizar una escenificación poética basada en las poesías de Miguel Hernández era “La Carátula” y los folios en donde estaban escritos los versos aparecían llenos de sucios tachones impuestos desde la Censura de la Gobernación.

Obligados por ley estaban de presentar los folios que componían el programa al Cuartel de la Guardia Civil de Orihuela.

Cuando fueron a recogerlo dos horas antes del inicio del evento, desde el despacho del teniente de la Guardia civil les hicieron saber que la censura había hecho desparecer de golpe y porrazo de la función mucho más material dejando la duración de la misma a tan solo una hora.

Estos jóvenes mantuvieron en secreto este hecho y no se lo hicieron saber a la Comisión de los actos ni a “La  Carátula”.

Durante la función que transcurrió con normalidad, se presentaron unos sujetos que aun tratando de pasar desapercibidos todos supieron que se trataba de la policía secreta.

Y también ocurrió lo mismo al día siguiente en la función de los cantantes.

Lo más reseñable fue que en el cartel que se realizó para pedir la ayuda económica del resto de vecinos, se había destacado en rojo la palabra “Socorro” que no escondía ningún propósito oculto. Pero algunos de los fotógrafos dejaron constancia en sus fotografías que aquello era intencionado y que se trataba de una señal suspicaz que sólo algunos podían descubrir entre aquellas letras rojizas disfrazadas de mensaje subversivo.

A raíz de aquello, varios de los integrantes del grupo cultural Tháder fueron interrogados entre ellos su Presidente, José Martínez Carmona y José Cases además de otros de los organizadores del evento que tuvieron que presentarse en el cuartel de la Guardia Civil de Orihuela mientras sus domicilios eran registrados

La marcha de clausura que debía terminar en el cementerio de Orihuela fue terminantemente prohibida.



La versión de la Derecha:

Fue un abuso del grupo de la izquierda que descaradamente pisoteaba su propio discurso sobre la libertad aprovechándose de la buena voluntad del pueblo, los dirigentes y las autoridades de la ciudad de Orihuela que habían dado su permiso para que se celebrara el evento, en un momento delicado de la historia de España, convirtiendo lo que iba a ser un acto conmemorativo y pacífico hacia la figura de Miguel Hernández en una reunión de carácter político con llamadas sutiles pero visibles por todos a simple vista a la subversión, como el ejemplo del famoso cartel en donde de miles de colores se eligió el rojo distintivo del movimiento de la izquierda para rotular la palabra “Socorro”. 

¡Qué casualidad tan generosa!, ¡La palabra más importante de la sala y en el color más característico del movimiento comunista!

Con un matiz en sus discursos cargado de mensajes que iban más allá de lo puramente cultural como eran las continuas alusiones a intelectuales que comulgaban con sus ideas políticas (Antonio Gramsci, Rafael Alberti, sí, aquel que lo echó de su casa allá en Madrid, a nuestro querido poeta) o dirigentes extranjeros pertenecientes a la izquierda más radical.

Si aquello era un movimiento social que buscaba el reconocimiento de nuestra figura literaria más importante de la historia, no se sabe qué pintaban allí aquellas menciones tan especiales como la que iba encaminada a marcar las excelencias de Ho Chi Minh (El revolucionario vietnamita).

Por eso hubo censura y detenciones con registros.

Aquello fue una provocación.