Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

domingo, 31 de julio de 2016

Precioso testimonio de la visita de un ente


Nunca he creído en este tipo de cosas o situaciones especiales. Pero a raíz de esta experiencia me estoy planteando el cambiar mis antiguas opiniones.

Primero os voy a poner en antecedentes. Hace cinco años, una persona muy cercana a mi sufrió un accidente de tráfico y falleció casi en el acto. Si fue un supuesto contacto con esa persona o una mala pasada que me jugó la imaginación nunca lo sabré. Os cuento:

Era un día de verano. En plenas fiestas locales. La música entraba en el cuarto a todo volumen pues justo debajo, frente a la puerta del edificio en donde yo habito un tercer piso habían colocado una Disco móvil. Serían aproximadamente las dos o las tres de la madrugada. No lo recuerdo.

Cerradas todas las ventanas y puertas con las persianas bajadas a tope para amortiguar al máximo el efecto de la música conseguí, tras un buen rato de no pegar ojo, dormirme.

Al poco rato, algo me despertó. Era de lógica pensar que había sido la música que no había cesado y se escuchaba claramente.

Sentí algo.

Algo que se acercaba.

Una presencia invisible que acortaba la distancia que la separaba de mí poco a poco.

No vi nada. Ningún tipo de energía lumínica, ninguna sustancia vaporosa.

Era sólo una sensación. De que algo invisible se estaba aproximando.

Tuve, no me avergüenza decirlo, verdadero miedo a lo que era una sensación desconocida.

El ente se acercó y llegó finalmente a mi posición.

Sentí una sensación parecida a la que se siente en el pelo cuando te echas un poco de espuma y este la absorbe, pero en este caso se extendía por todo el cuerpo.

Al mismo tiempo noté como si algo pesado se posara sobre mí haciendo que el colchón se hundiera unos centímetros.

El miedo cesó de golpe y lo que parecía algo aterrador se convirtió en todo lo contrario. Una hermosa sensación de paz, calma, tranquilidad y estoy seguro de que sentí, no me es fácil describirlo, pero creo que la palabra amor es la que más le va a lo que sentí.

Fue algo tan intenso y bello que mi cuerpo tuvo un acto reflejo. Quise abrazar aquello que me transmitía tanta felicidad.

Después, noté que se marchaba.

Quise agarrarlo con mi mano derecha que había vuelto a estirar sin querer sintiendo entre mis dedos como un cosquilleo que iba desapareciendo.

Fue tan increíble y me sentí tan miserable cuando la sensación acabó por completo que hasta pasados unos minutos no me di cuenta de que estaba llorando.

Esta es la única experiencia fuera de lo normal contable que he tenido.

Quizás fue un sueño, o a lo mejor me autosugestioné.

Pero os puedo asegurar que nunca antes había sentido algo tan fenomenal.


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