INTENCIONES
Sin ánimo de lucro y sin ningún propósito de destacar creo firmemente que mi intención no es otra que la de poner en valor un apartado más del extenso patrimonio cultural de Orihuela.
Orihuela, esa ciudad con tanta historia, con tanto contenido, con esas gentes particulares y ese bellísimo paisaje que es nombrado en todas las épocas de la historia por sus distintos visitantes.
Lo principal que tratamos de transmitir al público es la excelencia y vistosidad artística que tienen algunos de los panteones, estatuas, lápidas y otros elementos de nuestro cementerio, siendo uno de los más grandes de la Vega Baja (Si no el que más).
Pero para que la ruta cultural no se centre solamente en ese tema, sobre la marcha haríamos una explicación de lo que implica LA MUERTE en la sociedad actual.
Puesto en conocimiento esta breve introducción que se haría antes de entrar al cementerio, pasaríamos a explicar un poco como eran los antiguos fosares contenidos en las iglesias y conventos de la Orihuela anterior al siglo XVIII. Para ello hemos utilizado mucha información extraída de diversos artículos principalmente de nuestro cronista oficial D. Antonio Luis Galiano.
A continuación, después de hablar un poco de los elementos artísticos de la entrada al cementerio, seguiríamos la conversación contando sus orígenes e historia para pasar inmediatamente a la visitación de cada uno de los elementos destacados en esta obra.
Panteones, tumbas, lápidas, curiosidades y demás serán puestas en escena.
Una vez terminado el recorrido y si hiciera falta para rellenar el tiempo sobrante, tenemos recogidos dos añadidos finales:
Una es el que habla sobre los suicidas y aquellas otras personas que no eran dignas de ser enterradas en los cementerios católicos.
Y el último, un recital de expresiones, creencias y augurios populares sobre la muerte basándonos en el artículo de Joaquín Zambrano González que publico íntegramente al final de este documento.
Esta parte conclusiva como colofón a un día trabajoso y para relajar a los asistentes antes de salir.
Solo me resta, pasar a la parte escenificada en este texto de cómo sería más o menos la ruta Camposanto De Orihuela.
Gracias por atendernos y escuchar a estos corazones inquietos que solo quieren lo mejor para su ciudad.
INTRODUCCIÓN
¿Cómo reaccionamos si escuchamos la palabra “muerte” a nuestro alrededor?
Automáticamente, nuestro cuerpo sufre una reacción de rechazo, empezamos a ponernos nerviosos.
Y esto es porque en la sociedad en la que vivimos, la muerte se ha convertido en un tabú, en algo que hemos ido ignorando a lo largo de las décadas y sustituido por modelos como la belleza, o el éxito en la vida. Dejando completamente enterrado todo lo que nos recuerda a la muerte.
No queremos saber de ella, es una molestia, algo que ha pasado a ser una cosa extraña e institucionalizada.
Por tanto, ahora ya no es como antes. Ahora, cuando alguien muere lo hace en completa soledad por que la hacemos pasar por un proceso de ocultamiento y negación que derivan en una falta de conocimiento en cómo saber actuar bajo esta situación.
Cuando uno va a la universidad a sacarse una carrera, todas estas están centradas en la vida pero ninguna aborda la gestión y tratamiento de los cadáveres. Incluso a los que se dedican a esto los vemos como bichos raros.
ANTIGUOS CEMENTERIOS EN ORIHUELA
Hasta finales del siglo XVIII los muertos se sepeliaban en el interior de los templos. Las capillas, en general, eran panteones de sus edificadores o patronos. Había también gracias concedidas a familias por los servicios prestados por algunos de sus integrantes bien a la patria, bien a la religión. También había sepulcros para los hombres de andar por casa, pobres y desconocidos pero esto sí, fieles.
Fuera de las iglesias estaban los fosales, por ejemplo, en la catedral estaban en lo hoy es la Capilla de la Comunión y el patio exterior junto a ella y parte de la Sala Capitular con la sacristía vestuario y desde la puerta Norte Capitular a la de Loreto, dando la vuelta a los muros. El día de difuntos, el cabildo cantaba responsos en esos lugares.
En época de epidemias, se inhumaba fuera de la ciudad en un terreno bendecido como Eras de San Sebastián y en el cerro que hay frente al convento de los Franciscanos que mantenía una señal con dos bloques de piedra.
Santa Justa tenía los fosales en la Casa del Cura y del Sacristán.
Santiago en la Capilla de los Dolores y su parte posterior.
A finales del siglo XVII, estos lugares de enterramiento, eran incapaces de albergar más cadáveres y tenían el problema del hedor que era irresistible. Para ello eran quemados constantemente matujas odoríferas y pólvora.
Este camposanto tuvo un coste de alrededor de 15 mil pesetas de las de antes.
Tenemos noticia de que el primer enterrado fue Diego Martal, fallecido el 28 de octubre de 1806 e inhumado al día siguiente.
Una cosa a destacar es el método de organización que han utilizado en el cementerio por medio de “calles” dedicadas a personajes religiosos de cierta relevancia.
Así, podemos encontrar en sus paredes pinturas cuyo motivo principal son LA INMACULADA, SAN JERÓNIMO, MARÍA MAGDALENA, LA VIRGEN DE MONSERRATE, NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA, CRISTO RESUCITADO, etc.
HISTORIA DEL CEMENTERIO
En el año 1797, las sepulturas de la Catedral estaban tan saturadas que la situación empezó a tornarse grave. Al igual que en el resto de las iglesias, los cadáveres desprendían vapores y olores que afectaba a la salud de las personas. Un ejemplo de esto lo tenemos en los sacristanes y campaneros de la época que se caracterizaban por su acusada palidez.
Una serie de propuestas empezaron a surgir para paliar esta lamentable situación.
Escarmentados por lo ocurrido en la vecina ciudad de Cartagena en donde se había producido una epidemia por causas del hedor de los cadáveres que se encontraban en el puerto y animados a satisfacer las demandas reales en cuanto a las nuevas normas vigentes.
La putrefacción de los cuerpos engendraba los terribles miasmas, una sutil especia de partículas en suspensión en el aire que propagaba las enfermedades.
La situación de Orihuela era tan grave que se argumentaba que al estar situada la ciudad al pie de un monte junto al río los desagües de las aguas iban a parar al río de donde bebía la población. Lo sepulcros existentes se encontraban llenos de agua, debido al alto nivel freático existente, y estas se mezclaban unas con otras terminado en el Segura y en las gentes que se avituallaban de sus aguas.
La construcción de cementerios fuera de la urbe había sido ordenada por las reales disposiciones de Carlos III el 3 de abril de 1787 donde se prohibían lo enterramientos en los templos, siguiendo el modelo establecido en época romana, en base a la preservación a la higiene y la salubridad pública.
La preocupación por la higiene y la salud pública impulsó al obispo de Orihuela Francisco Antonio Cebrián y Valda a colocar el nuevo cementerio en un terreno idóneo situado en la entrada de la ciudad, en el camino a Murcia, próximo al Convento Franciscano de Santa Ana.
El domingo 26 de octubre de 1806 a las cuatro y media de la tarde, se bendijo el nuevo cementerio para las parroquias de la ciudad, en virtud de las Reales Órdenes, y situado junto a la sierra en un paraje aislado en plena naturaleza pero bien conectado con las vías de comunicación a la vecina ciudad de Murcia, y por supuesto con el casco urbano de Orihuela.
Desde ese momento quedaron prohibidos los enterramientos en las iglesias de la ciudad, siendo obligatorio las inhumaciones en el nuevo cementerio.
PANTEÓN DE LOS CANÓNIGOS
Uno de los edificios más antiguos de la ciudad de los muertos es el Panteón de los Canónigos, que comenzó a construirse el 27 de enero de 1807 habiendo sido comisionados por el Cabildo Catedral, José Ignacio de Plandolit y Pedro de Goyeneche. En su cripta fueron inhumados los restos de José Guillén, cura de la Catedral, que según se desprende de la lauda falleció a causa de la epidemia de fiebre amarilla que sufrió Orihuela en 1811, epidemia debida al mosquito 'Aedes aegypti’. Allí fueron también depositados los cadáveres de los canónigos Juan Hervás y Domingo Franco que murieron por la misma causa. En las lápidas se indica textualmente: «Está cerrado para siempre por disposición del Gobierno. Jamás será permitido levantar esta cubierta sin incurrir en las penas establecidas contra los que ocasionan los contagios. Orihuela, 27 de octubre de 1816».
Los planos del panteón fueron realizados por el arquitecto afincado en Murcia, Lorenzo Alonso y la construcción fue ejecutada por el maestro de obras Francisco Sánchez, la cantería por Cristóbal Sánchez, la carpintería por José Romero con un coste por valor de 24.023 reales.
El citado panteón fue necesario reconstruirlo en 1875 por encontrarse en mal estado, estando las obras a cargo del maestro Manuel García. En los meses de marzo y abril de 1988 por iniciativa del canónigo Antonio Roca Cabrera se volvieron a ejecutar obras, que se realizaron en dos fases, concluyéndose en el mes de enero de 1992.
Sobre la puerta de entrada puede observarse la lápida de mármol rojo con la siguiente inscripción (ver fotografía). Sobre ella con una placa del mismo color, el escudo del Cabildo Catedral.
En su interior y situado al mismo nivel existe un columbrario compuesto por 31 nichos, disponiendo en su eje de otro más alargado a modo de altar, con una cruz de madera negra, con una calavera y tibias en su parte inferior.
A la derecha del columbario existe una puerta y una escalera que desciende hacia una cripta oscura en la que hay dispuestas una serie de lapidas en mármol negro. La que más llama la atención es una lápida negra en la parte inferior que tiene la siguiente inscripción: “Aquí yace D. Yosef Guillem cura de la Sta Iglesia que murió la fiebre amarilla que se padeció en esta ciudad. Año 1811. Esta cerrado para siempre por disposición del Govierno. Jamás será permitido lebantar esta cubierta sin incurrir en las penas establecidas contra los que ocasionan los contagios. Orihuela 27 de octubre de 1816”.
PANTEÓN FAMILIA BONAFÓS-NAVARRO
Estamos ante uno de los panteones más hermosos y antiguos del cementerio.
En él está enterrado, entre otros, un Virrey de la isla de Hilocos de Filipinas y su hija transportada desde allí durante 3 meses de navegación en un barco de vela.
Sabemos que en 1893 hubo unas obras que fueron dirigidas por D. Amalio Tortosa, que también se encargó del patio central del Casino Orcelitano. Tiene un estilo Neogótico inconfundible a la vista de sus gárgolas. Este estilo artístico rechaza el racionalismo neoclásico y está muy influenciado por el romanticismo que trata de reproducir el lenguaje arquitectónico propio del arte gótico de la Edad Media. Se puso de moda a mediados del siglo XIX.
El estilo Gótico basaba sus construcciones en la piedra como principal medio estructural, frente al neogótico que pasó a utilizar la imitación a piedra.
El elemento principal característico de ambos estilos es el arco ojival o arco apuntado.
Este estilo originó uno de los momentos más brillantes desde el punto de vista artístico del mundo occidental.
Si miramos a la parte de arriba de la Capilla, podemos observar 3 figuras.
La de la izquierda es la fe con los ojos vendados porque es ciega.
La de la derecha con el ancla es Santa Filomena – Santa Fi Lumina – Fe Luminosa. Fue una de las primeras mártires romanas, la iban a matar tirándola al agua atada a un ancla y unos ángeles la salvaron por su gran fe.
La estatua del centro muestra una escena familiar de una mujer que protege con su mano izquierda a un chico y con la derecha sostiene a un bebé. Camina sobre las nubes y junto a ella se esconde una figura maléfica que parece un demonio.
PANTEÓN FAMILIA TOGORES
Arco de medio punto con cruz en su parte superior.
El escudo familiar bajo la cruz y en el centro del arco.
Una reja metálica protege la entrada del lugar sagrado.
PANTEÓN FAMILIA CANALES MURCIA
Puede observarse un panteón de aspecto noble con un arco de medio punto sostenido por cuatro columnas y en el centro un ángel con las alas extendidas.
Para entrar a él, necesitamos atravesar una terracita.
Se encuentra elevado sobre una base con un escalón.
PANTEÓN DE VALERO POMARES
Estructura arquitectónica cargada de elegancia que recuerda construcciones clásicas del periodo romano.
Con una abusiva utilización de formas cuadradas y rectangulares.
El triángulo que hay sobre la puerta de entrada es muy llamativo.
TUMBA DE JOSE MARÍA Y MARITA
No sabemos si en el hueco que hay contenido debajo del arco de medio punto y que aparece a la izquierda de esta tumba que impresiona, había colocada algún tipo de estatua.
Puede resultar no tan espectacular o bello como un panteón, pero seguro que nos llamará la atención.
Una especie de ataúd de piedra reposa sobre una escalinata compuesta por cuatro escalones de poca altura.
TUMBA FANTASÍA A JESÚS PÉREZ
Estamos ante una de las curiosidades más significativas e impresionantes del cementerio de Orihuela.
La familia del niño Jesús Pérez Hernández quiso que los restos del muchacho yacieran en un lugar mágico y encantador donde podemos destacar la figura de tres pirámides egipcias, con tres animalitos de aspecto tierno en la base de la de en medio y muy llamativo también la figura del osito de peluche que está junto a su nombre.
Una delicia visual que lamentamos que sea para dedicar un último adiós al pequeño que aparece en la fotografía.
Acompañamos en el sentimiento a la familia.
Al fondo, un ángel alado cuida de que su alma llegue intacta y sin perderse por el camino hacia los cielos.
TUMBA/URNA FUNERARIA NIÑO CAVALLERO Y CAYUELAS
Justo delante del panteón de la familia Bonafós-Navarro, tenemos este jarrón o urna funeraria de granito gris que resulta impactante.
En el interior de su base cuadrada se encuentran los restos del pequeño fallecido en 1847. Apenas un bebé.
Se puede observar el escudo en la parte de abajo, una inscripción en latín en la base y en la parte de arriba coronada por una cruz de pequeñas dimensiones.
La inscripción traducida viene a decir:
A.E. Hermenegildo Caballero (sic) y Cayuelas. Nació el 12 de septiembre (sic) de 1847. Murio el 24 de diciembre del mismo año. E.G.E. (en gloria esté). D.T.P. (Dios te proteja).
"Murió el hijo bellísimo, corazón, vida, amor y esperanza del padre".
Tras consultar Francisco Gómez Ortín los padrones coetáneos en el Archivo Municipal se obtuvo el siguiente resultado: Padre Hermenegildo Caballero Rabanell (abogado) de 46 años, Madre María Josefa Cayuelas (criada) de 24 años. Contrajeron matrimonio el 3 de diciembre de 1846. Murió el niño con tres meses de edad de una pulmonía.
PANTEÓN INDÚ FAMILIA PEDRERA
¿Qué se puede decir de esta preciosidad de monumento? Con cierto aire hindú nos llegan rumores de que fue transportado desde la mismísima India por la familia que da nombre a tan ilustre panteón.
Cuatro columnas son las encargadas de sostener la pagoda cuya entrada está protegida por una reja también destacable.
Es sin ninguna duda, la obra más singular y curiosa del cementerio.
PANTEÓN FAMILIA PACHECO
Elegante edificación de estilo gótico que impresiona por su majestuosidad contenida en un pequeño espacio de terreno.
Esta construcción de reducidas dimensiones sintetiza una obra arquitectónica colosal y de bellísima factura.
Huye de elementos decorativos basados en figuras de animales o seres míticos como la gárgola para mostrarnos objetos más sutiles como hojas de árboles simuladas.
TUMBA DEL CRISTO YACENTE
Sobre una espléndida base de mármol blanco descansa esta figura del Cristo Yacente.
Escultura de Jesucristo de torso desnudo que parece reposar en un sueño plácido y eterno con la cabeza ladeada hacia la derecha sobre una almohada.
TUMBA DE LA FAMILIA ORTUÑO
Esta es también una obra a destacar por su simbolismo y su bellísima factura.
Una lápida de color blanco contrasta con el resto de la escultura realizada en piedra.
La base es coronada por seis postes elegantemente trabajados que imponen su fortaleza a la totalidad de la obra.
PANTEÓN FAMILIA ALBADALEJO GARCÍA
Se trata de un panteón elegante y a la vez sencillo en su concepción.
Basado en un arco de medio punto con la cruz en la parte superior.
Llama la anterior el trabajo del enrejado de la puerta.
PANTEÓN ROMANO BARONES DE LA LINDE
Este edificio también es de una bellísima concepción.
Con un estilo arquitectónico que recuerda a la arquitectura romana.
TUMBA PROPIEDAD DEL MARQUES DE RAFAL
Se trata de una tumba que pertenece tal y como reza en su leyenda al Marqués de Rafal.
Comparada con los grandes panteones señoriales del cementerio puede parecer que pierde en solemnidad. Pero a la vista está que su sencillez compite con la belleza de otras tumbas afincadas a lo largo del cementerio.
Una cadena nos priva de la intención de penetrar en las entrañas de sus oscuros secretos pero a la vez nos atrae irremediablemente.
En la parte de arriba de la pequeña portezuela, una losa con dos aros gruesos de hierro.
Toda la construcción está rodeada por una barandilla metálica.
MÁRTIRES DE LA FEDERACIÓN DE OBREROS CATÓLICOS
Olvidados por la historia de una manera incomprensible y para tapar las vergüenzas de aquellos que claman por la libertad, se encuentra en nuestro cementerio una tumba que recoge los restos de aquellos que fueron mártires al haber dado su vida por el simple hecho de practicar la fe católica a manos de unos criminales que se autoproclamaban libertadores.
Como en los tiempos en los que corren no es políticamente correcto hablar de este tema y todo el mundo parece querer ignorarlo de forma intencionada, no profundizaremos en esta cuestión.
Una tumba de aspecto sencillo que calla un pecado muy grande.
VÍCTIMAS REPUBLICANAS DE LOS CRIMENES DEL FASCISMO
Y aquí tenemos la otra cara de la moneda. Un monumento al recuerdo de aquellos que fueron asesinados por el simple hecho de pensar diferente.
Una guerra cruel que enfrentó a hermanos de la misma familia, que mancilló el nombre de España con abusos por parte de ambos bandos.
Con crímenes imperdonables y que luego se prolongó durante más de cuarenta años.
Gente inocente pagó por los pecados de personas malvadas que decían representar al pueblo.
Este monumento recibe una visita organizada anualmente como celebración al recuerdo de todos aquellos caídos en una batalla injusta en la que nos vimos sometidos.
TUMBA DE LA VIZCONDESA DE PEÑA
No es frecuente encontrar en las inscripciones y epitafios de una tumba la causa de la muerte del que allí está enterrado.
En esta ocasión podemos observar como en la placa principal de mármol que ciega la entrada a la fosa reza el siguiente texto: “Fallecieron en Sagunto (Valencia) víctima de accidente de automóvil).
TUMBA RAMÓN SIJÉ
En este lugar yacen los restos de José Marín Gutiérrez, cofundador de la revista Voluntad y la revista El Gallo Crisis. Amigo íntimo de Miguel Hernández con el que compartió ciertas inquietudes literarias y políticas.
De firmes principios católicos, Ramón prestó también atención a la teología y a la política, queriendo expresar en sus obras tanto sus creencias religiosas como sus valores humanos.
Lamentablemente, su vida se truncó muy joven al contraer una enfermedad intestinal que lo debilitó hasta la muerte el 24 de diciembre de 1935, en su pueblo natal, Orihuela.
Los médicos determinaron por aquel entonces que había enfermado de una infección intestinal que se complicó en una septicemia (infección) que le llegó al corazón y pasados diez días se marchó para siempre en un fatídico día de Nochebuena que será recordado para siempre.
TUMBA ADOLFO CLAVARANA
En esta tumba de aspecto sencillo, no nos dejemos engañar, está enterrada una de las figuras ilustres que ha dado de sí esta maravillosa ciudad.
Famoso publicista, escritor y poeta nacido en 1844 que llegó a convertirse en uno de los mejores abogados de la comarca. Fundó LA LECTURA POPULAR, diario con el que combatió abiertamente las ideas liberales y que promulgaba los valores católicos.
Es autor de cuentos, fábulas, artículos científicos, críticas, sátiras, poemas. Un trabajo que duró más de 22 años.
Falleció en Orihuela en el año 1905.
TUMBA DE LA FAMILIA PÉREZ RAMOS
De esta tumba, lo que más debe llamarnos la atención es sin duda la imagen del fondo del ángel con alas que mantiene las manos cruzadas como cuando palmeamos y que nos muestra la desnudez de su pierna derecha. Es un detalle interesantísimo.
Es una escultura bellísima que debemos admirar.
LÁPIDA DE LOS DURMIENTES
El dolor de los familiares cuando pierden a un ser querido es a veces uno de los momentos más angustiosos de sus vidas.
Por eso, algunas personas, no quieren aceptar el duro golpe con que nos castiga la realidad.
Una manera dulce de recordar a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros es viéndolos como dormiditos en un sueño eterno. Y aquí tenemos el ejemplo visual de lo que les explicaba.
PANTEÓN DE LOS FRANCISCANOS
NICHO DE INOCENCIO CARRETERO
Parémonos a contemplar la lápida de este señor.
Aparentemente no es más que una lápida como otra cualquiera pero si nos fijamos bien podremos darnos cuenta de un detalle diferenciador que no quiero que pase desapercibido.
Podemos leer justo debajo de su nombre y encima de la fecha de su muerte, el 5 de diciembre de 1914, una frase que dice: “EN OLOR DE SANTIDAD”.
Esta indicación nos permite conocer que el día que este señor fue enterrado, su cuerpo participaba de un fenómeno que en la actualidad trae de cabeza a los científicos.
Este fenómeno consiste en que el cadáver emana un aroma o fragancia de una suavidad excepcional, un pequeño perfume que es perceptible por el olfato pero que tiene un origen desconocido que la ciencia no ha podido explicar.
Para los cristianos ha constituido siempre una especie de milagro y la Iglesia lo considera a menudo como un signo de santidad.
Inocencio Carrtero murió en el Hospital San Juan de Dios de Orihuela el 6 de agosto de 1914 y fue una figura muy importante en la vida religiosa de la ciudad. Al lugar en donde se conservaba su pálido cuerpo ya sin vida acudieron en masa cientos de ciudadanos para darle el último adiós.
Este hombre de profundos sentimientos religiosos protagonizó innumerables hechos extraordinarios. Uno de los más comentados es el que sucedió a las mismas puertas del Palacio Episcopal, en el que se asegura que este beato participó de un episodio de bilocación estando al mismo tiempo en la misa del seminario y ayudando a una niña a recoger el aceite que se había derramado al caérsele una botella al suelo, gota a gota con el dedo.
TUMBA DE PEDRO PORTAU MIRALLES
Estamos ante la tumba de una figura mítica del Tradicionalismo oriolano.
Curiosamente, situada a la derecha de la de Ramón Sijé.
Fundador del Semanario Carlista LA MARGARITA, antecesor de EL CONQUISTADOR decano del Ilustre Colegio de Abogados de Orihuela que hizo las veces de director y único redactor entre los años 1894 y 1895.
CURIOSIDADES
En algún remoto lugar de este cementerio creemos que fueron enterrados los padres de Miguel Hernández nuestro idolatrado a nivel mundial Poeta del Pueblo.
Otra de las personas de cierta relevancia que fue enterrada en el campo santo oriolano es uno de los hermanos de la ya fallecida musa internacional, cantante y actriz, que consiguió los mayores honores en su campo, Sara Montiel.
En las antiguas tapias de este cementerio se cometieron las mayores atrocidades con fusilamientos de personas que no tuvieron derecho a un juicio justo.
Desafortunadamente, este Campo Santo, es uno de los pocos cementerios españoles donde se ha producido un caso de necrofilia con la inhumación de un cadáver de forma totalmente ilegal y amparándose en la noche. Los culpables fueron detenidos y llevados a disposición judicial para luego cumplir condena.
En el Semanario Independiente nº 14 editado en 1907 se nos relata una crónica de una boda celebrada en uno de los panteones (sin especificar) del cementerio como promesa imaginamos a un moribundo.
Un rumor que corre por las silenciosas calles del cementerio es la historia de una pobre mujer que se despistó y acabó por quedarse encerrada en él sin posibilidad de salir en una época en la que se avisaba del final de la jornada a los visitantes con el uso de silbatos y campanas.
No se sabe bien si fue por falta de oído o por meditación profunda, el caso es que la señora no escuchó el aviso de que iban a cerrar y se quedó encerrada.
A la mañana siguiente se la encontró el encargado del camposanto en la puerta esperando que la dejaran en libertad. Había dormido en la quietud de la noche fantasmagórica sobre la lápida de piedra más cómoda que había encontrado.
Desde ese día, se cambió el sistema a una sirena que es la encargada de alertar a los visitantes de que el tiempo de estar con sus seres queridos fallecidos ha terminado.
HABLEMOS DE LOS SUICIDAS
Antes de la promulgación del Código de Derecho Canónico en 1983, lo normal era que en los cementerios católicos existiese la prohibición de sepultura eclesiástica en algunos casos, que todavía y con el nuevo Código aún se mantiene. Con ello, se daba lugar a que fuera del recinto del camposanto, en un lugar que se denominaba cementerio civil, se dispusiera de un lugar de enterramiento para aquellos. En Orihuela, se encontraba lindando en la parte norte de lo que es la Galería de San Vicente Ferrer, teniendo acceso desde el exterior en la zona más próxima a la sierra a través de una verja.
Uno de los casos que ahora no se tiene en consideración para que se le conceda el entierro eclesiástico, era el del suicido, que únicamente con anterioridad era admitido si el fallecido padecía enajenación mental. Pero el cómo y quién debía instruir el expediente para la denegación de la sepultura eclesiástica y casos en que se producía, estaban determinados en el 'Boletín Oficial del Obispado' de nuestra Diócesis de 8 de octubre de 1884. Entre aquellos casos se encontraban los apóstatas, herejes o cismáticos, los judíos, mahometanos y los infieles o no bautizados, aunque fueran catecúmenos o hijo de padres cristianos. Actualmente, según nos informaron, en el caso de musulmanes son trasladados los cuerpos para ser inhumados al cementerio existente en Murcia o bien repatriados a su tierra de origen. En aquella época, estaba vedado también el entierro católico para los que creían, recibían, defendían o favoreciesen a los excomulgados. Quedaban incluidos los usureros públicos, salvo que hubieran asegurado la restitución de lo que poseían ilegítimamente, así como los que habían cometido robos sacrílegos. Muchos hoy en día no podrían ser enterrados cristianamente, pues hace ciento treinta años, quedaban incorporados a la prohibición los que no hubieran confesado y comulgado en Pascua, y los adúlteros muertos en el acto del pecado, y aquellos que sólo estaban unidos a través del matrimonio civil. La lista de prohibiciones se completaba con algunos casos más, como aquellos eclesiásticos regulares de ambos sexos que tuvieran a la hora de su muerte peculio sin licencia del superior, así como los inscritos en sociedades secretas y los escritores de periódicos impíos. Por el contrario no ocurriría ahora, con aquellos que morían en torneos, o en desafíos públicos o privados, perdieran su vida durante el duelo o después a consecuencia de las heridas sufridas.
PARA TERMINAR
Uno de los elementos más ricos del panorama funerario lo compone el sentimiento y la forma con la que gente vive e interpreta la muerte. Este conjunto de expresiones, creencias y hechos es lo que ha propiciado que tanto adultos como jóvenes las empleen como acicate para realizar o no ciertas acciones. Quizás ha pasado desapercibido para muchos historiadores, ya que forman parte de la cultura oral popular y algo difícil de rastrear.
Por ello, hemos reunido todo lo referente en tres categorías: expresiones, creencias y augurios populares. Dentro de la primera hacemos referencia a todas las palabras, frases, refranes, etc. que hacen referencia a una ideología religiosa, aquellas empleadas para convocar o alejar a la muerte y aquellas otras de carácter expresivo (como refranes, dichos, canciones, etc.). Con respecto a la segunda nos centraremos en la creencia del regreso de los fallecidos y la tercera como elementos que vaticinaban la muerte según la opinión popular.
-Expresiones: Hacen alusión a la muerte como un hecho incuestionable ("la muerte a nadie perdona" o "hoy en el palco y mañana en el catafalco"), aquellas que se anticipan al suceso ("se sabe dónde se nace, pero no dónde se muere"), otras que actúan como igualador ("la muerte nadie perdona: ni a tiara ni a corono" o "la muerte es juez tan severo, que a todos los mide por un rasero"). Aunque el campo más interesante lo conforma las que ejercen como frontera entre la vida y la muerte ("tal vida lleves, tal fin esperes", "al muerto la mortaja y al vivo la hogaza", "el muerto al hoyo y el vivo al bollo").
Algunas otras frases hechas que sirven para reconocer que se ha cambiado de estado son ("que en paz descanses", " que en gloria este", "séale la tierra leve", "ya descansó", "se fue", "esta con dios", o las más populares como "está criando malvas", "espicharla", "palmar", "estirar la pata" o "quedar listo de papeles"). También tenemos expresiones para referirnos a aspecto como la pesadez ("esta persona es un muerto", "echarle el muerto", "quitarse el muerto de encima" o "...ni niño muerto"), que algo está muy bueno ("resucita a un muerto", "para morirse"), o de carencia ("no tiene donde caerse muerto"). Sin embargo, si tenemos que destacar algún campo en concreto es el de los insultos. Nombrar a los muertos o jurar por su memoria tiene unos efectos devastadores.
-Creencias: aquí se abre un panorama muy complejo, ya que depende en gran medida de la zona geográfica. Aunque la mayoría de los pueblos coinciden el terror que les despierta el regreso de los fallecidos al ámbito familiar. Estos hechos, provocaron la aparición de numerosos ritos relacionados con las Ánimas del Purgatorio, aunque con el paso del tiempo han sido tachadas de supersticiones.
Algunas de las manifestaciones realizadas era la erección de capillas en los caminos, impedir hacer ruidos en las vísperas del día de los difuntos con objetos de bronce, encender candelas o velas para que no siguiesen el camino de regreso a casa o evitar salir una vez caído el sol, etc. Aunque también nos encontramos con la otra cara de la moneda donde son conjuradas para encontrar objetos o como despertadoras. Otra de las costumbres populares es la de señalizar los sitios donde se ha producido un accidente, y ha fallecido alguien, ya que existe la creencia de que vaga por la zona.
-Augurios: eran tomados como signos precursores de la muerte. A modo generalizador, los animales parecen tener un sexto sentido para presentir cuando se producía el fenómeno. Por ello, en muchas poblaciones existía el convencimiento que cuando los animales realizaban acciones extrañas una muerte estaba próxima.
Algunos ejemplos son cuando se escuchaba a los perros aullar de noche, las gallinas cantando como gallos, tres cuervos volando por encima del domicilio, etc. Asimismo se les concedía especial importancia al mundo de los sueños, donde la aparición de muelas y dientes, hormigas eran anunciadores de una muerte próxima de allegados.
FUENTE: Joaquín Zambrano González CULTURA FUNERARIA POPULAR EN ESPAÑA Y SU PRESENCIA HISTORIOGRÁFICA
Agradecer la cordial atención que recibimos por parte del Cronista Oficial de Orihuela D. Antonio Luis Galiano, por su desinteresada colaboración aportando su sabiduría.
Sin sus documentos y consejos, habría sido imposible la realización de esta obra.
* En el año 2018, nuestra pasión por el tema nos llevó a embarcarnos en una aventura inusual: estábamos decididos a formar parte del prestigioso Concurso Nacional de Cementerios. Luchamos incansablemente, utilizando todos los recursos a nuestro alcance, para asegurarnos de que nuestro deseo de participar fuera conocido. Solicitamos meticulosamente toda la información necesaria, ansiosos por unirnos a este evento tan significativo.
El año siguiente nos deparó una sorpresa que llenó de alegría nuestros corazones. Recibimos un correo oficial que contenía la ansiada invitación para ser parte de esta destacada celebración. Dentro de aquel mensaje, encontramos las condiciones y requisitos que debíamos cumplir para ser partícipes de esta experiencia única. Nuestra emoción estaba en su punto máximo, ya que nos sentíamos afortunados por tener la oportunidad de formar parte de algo tan especial.
Sin embargo, como suele suceder en toda gran historia, hubo un giro inesperado en nuestra travesía. Las condiciones establecían que debíamos llevar a cabo todo el proceso a través de una entidad administrativa. Esta demanda inesperada nos tomó por sorpresa y nos puso en un dilema. A pesar de nuestras ansias de participar, esta exigencia iba más allá de nuestras posibilidades y capacidades en ese momento.
Con un sentimiento de desilusión y resignación, tuvimos que tomar una decisión difícil. Decidimos retirarnos de la oportunidad que tanto habíamos anhelado. Fue un momento agridulce, ya que a pesar de nuestra determinación y esfuerzo, nos encontramos con un obstáculo insuperable.
Aunque nuestra participación quedó truncada, nuestra esperanza no se apagó. Mantenemos la fe en que el ayuntamiento de Orihuela se movilice y tome las acciones necesarias para gestionar eventos como este de manera más accesible y equitativa en el futuro. Nuestra anécdota es un recordatorio de que incluso en los momentos de desafío, las aspiraciones y sueños siguen ardiendo, esperando una oportunidad para renacer con más fuerza y vigor que nunca.
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