Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

martes, 14 de agosto de 2018

La desconocida de Santa Bárbara


Entre las curiosidades y anécdotas que el investigador puede encontrar en el Archivo del Obispado de Orihuela hay una que tiene un sabor especial y que parece no haber llamado la atención de ninguno de los anteriores cronistas y documentalistas de nuestra ciudad que parecen estar más atareados por dar cifras de dineros y sueldos que de tratar de acercarnos a las verdaderas vidas de las personas que moraron en esas épocas remotas de las que nos hablan siempre con lejanía, con lo que ellos llaman objetividad. (Pequeño guiño desde el respeto y con cariño).

Pues bien, buceando entre miles de documentos de todo tipo y color, un avispado historiador desconocido en Orihuela, encontró un Acta de Bautismo con fecha del 28 de abril de 1709 de una niña llamada Josefa María Felicia cuya extraña aparición sigue siendo un quebradero de cabeza para los estudiosos en la actualidad.

Todo ocurrió durante la época en la que se produjo la llamada guerra de Sucesión.

Después de un terrible sitio a la fortaleza los partidarios borbónicos entraron a tomar posesión en los recintos del castillo de Santa Bárbara de Alicante y entre otras muchas cosas que obtuvieron en su botín se toparon de bruces con el rostro perdido de una niña que caminaba por allí como si con ella no fuera la cosa.

Lo extraño es que nadie reclamó a la pequeña como suya. Ninguno de los dos bandos la conocía, sabía quien era o cómo había aparecido allí. ¿Se trataba quizás de la hija de alguien de tanta importancia que hizo que los que la conocían no dejaran pistas de su origen? y ¿Por qué la niña fue incapaz de dar los nombres de sus familiares?, ¿Por qué no se pudo acceder a ella?

Con la mirada perdida la niña caminaba sobre las ruinas de la fortaleza en un ambiente que se alejaba de lo tranquilo y lo armonioso. Jamás le arrancaron una palabra, un nombre. ¿Es que acaso los niños no hablan?

El vicario de Santa María, Juan Bautista López, ante la imposibilidad de saber si la niña había sido bautizada o no, le brindó el mencionado sacramento otorgándole dicho nombre y apellidos.

Nunca fue reclamada por nadie y por tanto nunca se supo ni su origen ni descendencia.

Algunos creen que se trataba de la hija de alguno de los mandos británicos que apoyaron la causa de los Austrias que seguramente habrían perecido en el fragor de la batalla.

O posiblemente, la descendiente de algún comerciante que tratando de proteger su vida y las de los suyos habría buscando refugio entre los muros de la fortaleza.

O quizás una viajera del tiempo que acabó cayendo en una época a la que no pertenecía.

El caso es que la niña no solo sobrevivió a la batalla ya que fue de las pocas supervivientes que logró salir ilesa de la conocida como enfermedad del Piojo Verde que causó miles de víctimas.

A partir del acta de bautismo se le pierde la pista. Tan solo nos queda en el registro el nombre de una mujer que se hizo cargo de ella.

Más allá, el silencio del olvido.


Basado en un texto de JOSÉ VILASECA

No hay comentarios:

Publicar un comentario