Como es mi costumbre, me gusta recoger las anécdotas más interesantes y curiosas de mi ciudad.
Una de esas cosas que tanto nos gusta a los católicos es sin ir más lejos, la leyenda del Milagro de Monserrate de la calle de la Mancebería.
Según relata José A. Juan García en su libro EN ORIHUELA DEL SEÑOR en la página 17 de la primera edición, esto es lo que ocurrió.
En esta calle con tanto pasado e historia se sitúa en la actualidad una hornacina que luce a primera vista la imagen de nuestra señora de Monserrate.
En un aciago y oscuro día, la casa que aloja dicha hornacina, no me pregunten, pareció alimentar la fuerza de unas llamas que amenazaban con arruinar la vivienda.
Uno de los vecinos, aquel que pertenecía al grupo de los más devotos, y sin saber por qué, sintió el impulso de coger entre sus brazos el ramo que adornaba la figura de la santa imagen y lo lanzó hacia el interior de las llamas.
Pasados unos minutos, la temperatura empezó a bajar y las llamas lentamente se fueron apagando.
Gracias a ese acto, nadie sufrió perjuicio alguno y la casa pudo recuperarse con unos daños menores.
Desde ese día, es tradición oriolana el celebrar la fiesta de la Virgen de Monserrate en la calle como agradecimiento por aquel milagro tan hermoso.
Fiesta de carácter secular y financiada a través del propio esfuerzo y dinero de todos sus vecinos.
* Foto de la página ESTOESORIHUELA.
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