Es cuento de viejas cuando afirman haber conocido a un
pariente suyo al que veían de uvas a peras.
Y cuando venía lo hacía agarrado a un libro.
El hombre leía y leía sin parar hasta que un día se convirtió
en cerda.
Y el animalico llevaba siete crías detrás.
Pero la cerda era peligrosa pues por la boca escupía fuego y
con sus ojos podía convertirte en piedra.
La abuela le tenía miedo y rezaba para que se fuera.
Y por fin un día, desapareció la cerda con todas sus crías.
Pero en Rojales aún quedan,
quien visto lo visto,
piden y rezan,
que no vuelva la cerda.
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