Si hay alguna zona de Orihuela de la que puedo hablar con
propiedad en donde han ocurrido fenómenos extraños esa es la pedanía de La Murada.
Un pueblo cercano a Orihuela en donde prácticamente cada
casa e hijo de vecino tiene una historia oscura que contarte.
Fijándonos en una zona concreta para forjar esta historia os
hablaré de varios sucesos extraños que allí acontecieron.
Hace muchos años una humilde familia numerosa que habitaba
una de las casas de la zona caliente de La Murada vivía con normalidad en su habitáculo.
Padres de 8 hijas veían como se iban por la borda las
expectativas de tener un hijo varón.
Así que un triste día, la madre alzó su voz hacia los cielos
diciendo:
-
“Señor, aunque siendo animal me nazca un hombre”.
Y sonando como un presagio de lo que iba a ocurrir, el señor
le dio un varón.
Un hermoso niño que con el tiempo sus padres empezaron a
quedarse extrañados al percibir de él que no pronunciaba palabra alguna.
Ni un “mamá”, ni un “papá”. Tan solo gruñidos y ruidos
molestos con la boca.
Los años pasaban y el bebé se hizo un hombrecito pero siguió
sin pronunciar palabra y su comportamiento era más parecido al de una bestia que al de una persona cuerda.
Así que la familia no tuvo más remedio que mantenerlo casi
siempre atado para que no hiciera ninguna travesura.
La mayor parte de su vida la pasó atado a una ventana en
donde los vecinos de las cercanías podían escuchar sus aullidos.
En una de las casas cercanas una familia vivía un drama
diferente pero igual de siniestro.
Habiendo fallecido un familiar, la Señora de la casa sentía de
cerca presencias que la atormentaban.
Así los días acontecían entre vasos y platos que de forma
inexplicable caían de las estanterías o mecedoras que se movían solas.
La familia ya no pudo más y se marchó del lugar viajando a
Madrid dejándolo en manos de su hermana.
Esta nueva familia vivió feliz durante un tiempo sin
presenciar nada fuera de lo común hasta que una noche, sintieron la presencia
de algo encima de la marquesina de la casa de enfrente.
Según me cuenta una testigo de los hechos, pudieron ver con
claridad a esto del anochecer, pero sin estar oscuro todavía, unas formas que
asemejaban humo formando tres figuras humanas que se movían por la marquesina
como si patinaran por la misma.
De este hecho fueron testigos tres integrantes de la
familia.
Las sombras se acercaron a una de las ventanas y como si atravesaran
el cristal desaparecieron ante la mirada atónita de sus vigilantes.
Los hechos paranormales no eran muy frecuentes pero de vez
en cuando algo ocurría que despertaba su atención.
Una de las tardes vieron pasar por entre los árboles que hay
plantados en el huerto lo que parecían sombras oscuras con forma humana.
Incluso se da el caso de una noche en la que sintiéndose
abrigadas por la presencia de un familiar fallecido pidieron a este una señal.
- Si estás bien haznos una señal dos veces pero si quieres que
recemos por ti que sean tres.-
Y en la madrugada de alguno de los días siguientes un sonido les despertó y escucharon una regla de madera golpeando sobre una mesa de
aglomerado tres veces para indicar a la familia que el alma en pena que los
visitaba necesitaba de la oración para descansar en paz.
Actualmente estas casas están habitadas por eso no voy a
decirles donde están situadas a petición de las familias que no quieren ser
molestadas y que desean permanecer en el anonimato.
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