En el año 1689, una niña, la hija de Juan Albalat, mayordomo
del Obispo Sánchez de Castellar, jugaba en la calle de la Feria y tubo la mala suerte
de que una galera que pasaba por allí se despistó y atropelló a la niña
pasándole las ruedas por encima de esta.
Su madre fue testigo del hecho y mirando al cielo pidió de
todo corazón a la Virgen
de la Fe que su
hija no hubiera sufrido daño alguno.
Fuente: LA VERDAD DIGITAL Artículo de D. Antonio Luis Galiano.publicado el 13 de Febrero del 2015.
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