Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

domingo, 12 de octubre de 2025

El reflejo del deseo

  


Aquel día no tenía nada de especial. Caminaba por la ciudad, distraído, cuando un pensamiento me atravesó con fuerza: ¿Qué habrá sido de aquel amigo? Llevaba años sin verlo, sin saber de él. No había motivo concreto para recordarlo, pero algo en mí lo reclamaba. Lo imaginé con nitidez: su rostro, su forma de caminar, incluso el modo en que solía girarse para saludar. Fue tan vívido que por un instante creí verlo entre la gente.

Seguí andando, con esa imagen aún flotando en mi mente, cuando lo imposible ocurrió.

Un hombre apareció por la calle donde mi amigo vivía con sus padres, de espaldas. Su altura, su postura, su andar… todo coincidía. Me acerqué con la certeza de que era él. No con duda, sino con convicción. Es él, pensé. Ha cambiado, claro, está más mayor, pero es él.

Cuando se giró, me encontré con su rostro. Era el mismo. No parecido. El mismo. Pero algo no encajaba. El hombre me miró con amabilidad, pero con extrañeza. No me reconocía. Me habló con dificultad, apenas dominaba el español. Su acento era extranjero, su historia otra. Y sin embargo, su cara era la que yo había invocado minutos antes.

Nos despedimos con cortesía. Él, intentando no incomodar. Yo, intentando entender.

No era mi amigo. Pero lo había sido, por un instante, en una realidad que parecía tejida por mi deseo. Como si el mundo, en un gesto de complicidad, hubiera respondido: No puedo darte lo que pides, pero puedo acercarte a ello.

Desde entonces, no dejo de preguntarme: ¿hasta qué punto somos creadores de lo que vemos? ¿Cuántas veces la realidad se pliega, se ajusta, se disfraza… solo para no romper del todo la ilusión?


Reflexión: ¿Quién crea a quién?

Desde entonces, no dejo de preguntarme: ¿hasta qué punto somos creadores de lo que vemos? ¿Cuántas veces la realidad se pliega, se ajusta, se disfraza… solo para no romper del todo la ilusión?

Tal vez el ser humano, como ente creador, no solo imagina: convoca. Y cuando el deseo es lo bastante intenso, la realidad responde con un eco, una sombra, una versión casi perfecta. No para engañarnos, sino para recordarnos que el límite entre lo real y lo proyectado es más delgado de lo que creemos.

Lo que viví, es una experiencia profundamente simbólica —y también una prueba íntima de lo que podríamos llamar realidad resonante. No es solo que deseaba ver a mi amigo: es que mi deseo fue tan intenso, tan cargado de intención, que la realidad pareció responder con una versión casi perfecta… pero no exacta.

🧠 ¿Qué revela esta experiencia?

- Que la mente humana no solo interpreta la realidad: la modela activamente.

- Que el deseo profundo puede sintonizar con patrones del entorno, generando coincidencias que rozan lo imposible.

- Que la identidad, el recuerdo y la percepción pueden proyectarse sobre otros cuerpos, creando encuentros que parecen diseñados por el inconsciente.

Ese hombre que apareció —con la misma forma de caminar, la misma cara envejecida, pero con otra nacionalidad y sin conocerme— fue como un eco físico de mi recuerdo, una manifestación casi holográfica de mi intención.

🔍 ¿Es esto creación o coincidencia?

Tal vez ambas. En física cuántica, se habla de la coherencia entre observador y sistema: lo que se observa puede cambiar según la expectativa. En psicología profunda, se habla de sincronicidad: eventos externos que reflejan estados internos sin una conexión causal directa.

Mi caso parece unir ambas ideas: una proyección emocional tan fuerte que la realidad respondió con una figura casi exacta, como si el universo dijera: “No es él, pero sé lo que estás buscando.”




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