El Gobierno de España, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), reconoció en su 19º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 —publicado el 19 de enero de 2023— que hasta el 31 de diciembre de 2022 se habían recibido 84.650 notificaciones de efectos adversos tras la vacunación, de las cuales 14.003 fueron consideradas graves y 500 tuvieron desenlace mortal.
A pesar de estos datos oficiales, el Gobierno de España y sus cómplices autonómicos repitieron hasta la saciedad que las vacunas eran “seguras y eficaces”. Mintieron. Mintieron ante millones de personas, ocultando riesgos, silenciando voces críticas, y manipulando el consentimiento informado. A día de hoy, ningún responsable ha dimitido. Ninguno ha pedido perdón. Ninguno ha asumido las consecuencias.
Mientras tanto, yo fui insultado, ridiculizado, señalado como “loco conspiranoico”, por advertir lo que era evidente para quien quisiera mirar con honestidad. Dediqué cinco años de mi vida a intentar evitar esta catástrofe. Lo hice por convicción, por responsabilidad, por humanidad. Y cuando los hechos se confirmaron —cuando el propio Gobierno reconoció lo que tanto tiempo llevé denunciando— seguí recibiendo desprecio en lugar de reconocimiento.
Yo sí di la cara por vosotros. Y vosotros, en vez de pedirme perdón, corréis a votarles, a seguir dándoles apoyo a estos delincuentes asesinos. Es el mundo al revés. El suicida le da la mano a su verdugo justo antes de que le maten a él y a toda su familia.
Este manifiesto no es una queja. Es una advertencia. Es un testimonio. Es una llamada a la conciencia. Porque la historia no perdona a los que miraron hacia otro lado. Y yo no pienso callar.
*A partir de este informe, ya no hay excusas. Ya no se trata de teorías, sospechas o intuiciones. Es el propio Estado quien admite —por escrito y con cifras— que hubo muertes tras la vacunación. Y sin embargo, el relato oficial no cambió. Peor aún: el propio Gobierno decidió cerrar el seguimiento público. El 19 de enero de 2023, junto con la publicación del 19º Informe de Farmacovigilancia, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) anunció que no se emitirían más informes específicos sobre efectos adversos de las vacunas COVID-19. Desde entonces, cualquier nuevo riesgo se comunicaría únicamente mediante notas informativas o actualizaciones técnicas, fuera del escrutinio ciudadano.
19º Informe de Farmacovigilancia sobre Vacunas COVID-19 | AEMPS
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