Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

domingo, 31 de julio de 2016

Crónica en tono de humor: El crimen de la culebra



¿Qué es lo que más miedo os da?

¿Os digo yo una cosa que de verdad me asusta?

Eso son 16 mujeres que pasan de los 50 en una casa de campo oriolana compartiendo charlas y poniéndose histéricas ante la visión de un par de culebras.

(Caso verídico)

Estaban todas entretenidas cuando de repente una de ellas gritó:

    -         ¡Una culebra!

Se giraron todas a mirar a la dirección en donde la que había levantado la voz dirigía sus pétreos ojos y descubrieron un par de culebras liadas en espiral y juntando las bocas como si se estuvieran besando.

Una más gorda que identificaron como el macho y otra más delgada.

Los bichos seguían retorciéndose y besando ante la atónita mirada de las espectadoras (Lo que habría dado yo por una foto de ese momento).

Una de las mujeres, asustada se armó de valor y fue a intentar espantarlas.

Las culebras cambiaron de sentido y huyeron refugiándose en un pequeño agujero cerca de unas losetas.

Al no estar ya a la vista se fueron calmando poco a poco y siguieron con sus tareas,

Esto es, hablar de los demás y criticar como unas locas.

Seguro que en la conversación se acordaron hasta de sus madres.

Ya haciéndose muy tarde apareció ante ellas de nuevo la que consideraron el macho y según su testimonio, pavoneándose al sentir las carnes femeninas tan cerca.

En ese momento hasta la más tímida y asustadiza se armó de valor y unas con palos, otras con piedras y alguna que otra con trozos de azulejos consiguieron rodearla, atraparla y acabar con ella.

Así termina la historia verídica de una pareja de culebras enamoradas que se paseaban por el campo sin molestar a nadie y que tuvieron la mala suerte de tropezar con un grupo de mujeres envalentonadas que cegadas por la ira y la envidia hacia su amor acabaron con sus planes de futuro para siempre.

Para que luego las llamen el sexo débil.

* Con todos los respetos a la que me lo contó. Desde aquí un abrazo.

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