Por la rueda o por la horca, por degüello o por hoguera, la ejecución se desarrolla como una auténtica interpretación dramática, donde el patíbulo es el escenario, el verdugo y el condenado los dos actores principales y los mirones en turbamulta los espectadores.
Francisco de Quevedo
- ¿Has pedido a Dios que perdone tus pecados?
El preso permanecía cabizbajo ante las preguntas que de
forma amable le hacía el hermano de la Cofradía del Santísimo Sacramento encargado de
velar por su espíritu.
Con los ojos llorosos sentía en su interior una rabia que no
podía controlar.
El mayordomo de la cofradía posó su mano derecha sobre el
hombro del reo Pedro Miñana.
A su lado, el otro condenado, Miguel Gash emitió una sonora
carcajada.
- ¿Creéis que podéis darnos consuelo con vuestras inútiles
palabras? ¡Más valdría que os marchaseis a rezar al convento y dejarnos en paz
en nuestros últimos momentos!
El encargado por el prior de dar consuelo espiritual a los
dos que estaban a punto de ser ajusticiados ya tenía cierta experiencia y sabía
que las injurias y los insultos irían a más.
- Os he traído vuestro puchero de
gallina como os prometí, podéis alimentaros con esto y luego si deseáis alguna
otra cosa os podría proporcionar alguna golosina como chocolate o algún bizcocho.
- ¡Guárdate tus regalos para aquellos que lo necesiten! ¡No
moriré humillado por vuestros gestos ni por los de aquellos que cobardemente os
mandan venir hasta aquí sin dar ellos mismos la cara!
Aquel gritó llegó a atravesar las gruesas paredes de su
prisión y el mayordomo empezó a sentirse un tanto molesto. Aún así siguió con
su actitud benevolente y les ofreció un sorbo de una bebida que habían
preparado para ellos conocida como Cordial.
Pedro se levantó del suelo y con grandes zancadas llegó
hasta donde estaba situado el cofrade arrebatándole de las manos la bebida.
De un trago se hizo cargo de ella dejando sin nada a su
compañero de penurias.
Aquello pilló de improviso a Miguel y entonces centró toda
su ira y sus ataques contra el otro reo que tan injustamente había actuado.
Aquel gesto del cofrade significaba que la sentencia había
sido dictada y que por tanto se encontraban verdaderamente en sus últimos
momentos.
El verdugo ya había llegado a Orihuela y la sentencia debía
de cumplirse antes de que el sol se ocultase en el pequeño teatro de madera que
habían montado en la Plaza Nueva.
- ¡Poneos estas túnicas! Pues es preciso que salgáis con
ellas.
El cofrade les ofreció algo que parecían dos túnicas de
bayeta negras y junto a ellas algo que recordaba sendas mortajas. Era el 22 de
mayo de 1720.
Fueron conducidos hacia el cadalso mientras la gente
chillaba, les insultaba o les escupía en la cara.
Las maderas del escenario parecían robustas, perfectamente
pensadas para aquel acto teatral, el último de sus vidas en donde los actores
interpretarían por última vez ante un público que chillaba y permanecía atento
ante lo que aconteciera.
Uno por uno fueron ajusticiados los dos condenados.
Alrededor de sus cuerpos se colocaron cuatro manuales encendidos que luego se
llevarían a la Capilla
de Loreto en donde enterrarían sus cadáveres.
Ni una palabra más habían pronunciado los ajusticiados. Toda
la valentía que anteriormente proyectaba Miguel Gash había desaparecido de repente
enmudeciendo mientras se dirigía hacia su muerte.
Así que todo había transcurrido sin novedad y la gente ya
empezaba a marcharse de allí comentando lo bueno y lo malo del acto.
Pero las almas atormentadas de aquellos hombres quedaron con
una mancha oscura que no pudieron limpiar. Sus espíritus, junto con los de
otros ajusticiados, aún yacen adheridos
al lugar que antaño sirvió como escenario de ahorcamientos y también de
corridas de toros.
DOCUMENTACIÓN EXTRAIDA DE LOS TRABAJOS DEL CRONISTA DE ORIHUELA D. ANTONIO GALIANO
Los reos eran llevados a
Eran guardados unos días y luego llevados a la Plaza Nueva para su
ahorcamiento.
El alimento que se daba a los condenados consistía en un
puchero de gallina y si el reo pedía algún extra de necesidad se le
proporcionaba chocolate, bizcochos o alguna cosa especial que solicitaran.
Antes de morir los pasos que se daban eran la compañía
constante en la cárcel de un mayordomo perteneciente a dicha cofradía que
trataba de dar consuelo espiritual al reo y si fuera necesario proporcionar una
bebida conocida como Cordiales que era una bebida tonificante que fortalecía el
corazón para que su espíritu no decayera y no dejar en evidencia que el sujeto
estaba desfallecido y por tanto hacía que la ejecución tuviese menos interés
entre los espectadores.
El cordial se le proporcionaba o bien en el momento que se
le comunicaba la sentencia, bien de camino al patíbulo, bien en otro momento
que la necesidad lo requiriera.
Una vez que se conocía la llegada a la ciudad del encargado
de realizar la ejecución (el verdugo) el gobernador oficiaba al prior de la Cofradía para que
dispusiese todo lo necesario.
Se llevaba a la cárcel una cama del hospital con un colchón,
mantas, almohadas y sábanas dejando así la habitación lista como capilla.
Se ordenaba confeccionar una túnica de bayeta negra y unas
balonas para el reo que se le ponía por el verdugo justo antes de salir hacia
el cumplimiento de la condena y que al final les sirviera como mortaja.
El prior, durante los días que duraba la capilla, se encargaba
de atender al sentenciado y se mandaban a 4 o 6 caballeros a recoger limosna en
beneficio del reo para pagar el traslado de la cama, la confección de la
túnica, la celebración de misas y el pago al verdugo.
El lugar en donde se colocaba el pequeño teatro portátil era
la Plaza Nueva.
Cuando el reo ya no respiraba, se colocaban junto a él
cuatro manuales encendidos a cada lado del cadáver que con posterioridad se
trasladaban a la Capilla
de Loreto.
El cuerpo del muerto se soterraba en uno de los dos
sepulcros disponibles en el atrio de la Capilla de Loreto destinados a todo aquel que
había muerto por una desgracia.
Por manuscritos documentales sabemos de esta ejecución
producida el 22 mayo de 1720. Los reos ejecutados se llamaban Pedro Miñana y
Miguel Gash.
FUENTE:
http://www.laverdad.es/alicante/v/20130125/orihuela/horca-ellos-20130125.html
FUENTE:
http://www.laverdad.es/alicante/v/20130125/orihuela/horca-ellos-20130125.html
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