"Siendo fiel a mi rey contaré que con mis propios ojos he sido testigo del balcón más hermoso de toda la cristiandad y que en mi Castilla nada hay que se le parezca".
Estas fueron las palabras que el enviado de Pedro el Cruel
dijo al ver por primera vez las vistas de la Vega Oriolana al descorrer las
cortinas que tapaban los orificios por donde debía pasar la luz en el llamado Canto
Foral.
Nosotros quisimos participar de tan hermoso momento y nos
decidimos un fin de semana a subir a su interior para comprobar de primera mano
si algo de la leyenda quedaba en el interior de este enorme pedrusco.
Lo cierto es que se trata de un hermoso lugar.
Ya en su entrañas fuimos partícipes de un momento intenso en
el que cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el eco de este hecho histórico
que nos arropó y nos hizo cómplices una vez más de la historia de nuestra querida
ciudad.
Si quieres conocer la leyenda, pincha el enlace que hay después de las fotos.
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