Aprovechando que hoy es fiesta me he levantado con muchas ganas de merodear por los rincones de mi ciudad que no conozco todavía o que habiéndolos visitado de niño ya no recuerdo casi nada de ellos.
Así que armado con un espíritu aventurero me he dirigido a
pie hasta San Antón en busca de las Minas de Mercurio.
Guiado por los vecinos de esa zona he conseguido llegar a un
paraje muy interesante en donde he podido encontrar un edificio fascinante y una
cueva misteriosa que me ha llamado mucho la atención.
De regreso a casa, he dicidido pasar primero por el Museo
Arqueológico de Orihuela y allí he estado conversando con Manolo, el hombre que
hay en la puerta con el pelo canoso y que está allí para resolver cualquier duda
y recibir a los visitantes.
Al hablar sobre La Diablesa y sobre los rumores que viajan por
Internet me ha asegurado que todo son bulos que habiendo estado allí muchísimo
tiempo, nunca, en ninguna ocasión ha sido testigo de nada insólito o misterioso.
Entonces es cuando me ha relatado un hecho curioso que le
ocurrió:
Me cuenta, que un día como otro cualquiera el museo abrió
las puertas y los visitantes fueron llegando con ganas de descubrir nuestro
pasado.
En esto que llegó una mujer y que no supo porqué pero algo
en ella le llamó la atención.
Como el museo estaba plagado de visitantes no pudo estar pendiente de la mujer así que él siguió en lo suyo con su trabajo.
Al poco rato, la mujer pasa por la puerta y antes de marchar
le dirije unas palabras muy sospechosas, algo así como que el mal estaba
erradicado y que ya no había ningún problema con esa imagen que atentaba contra
sus creencias.
Por supuesto que Manolo se quedó muy extrañado.
Un poco más tarde, haciendo una ronda por la parte interior
en donde se encuentra situada La
Diablesa , notó que algo andaba mal, había como una capa de
polvo sobre ella.
Se puso a su lado y pasó el dedo por encima de la talla y
pudo comprobar que unos granos de sal habían sido vertidos sobre la figura.
Así que esto es lo que ocurrió, que una mujer que no sabemos quién es se acercó a la figura deLa Diablesa y con la excusa de que esa figura iba en
contra de su religión le echó sal por encima para hechizarla con un sortilegio con el propósito de anular toda su influencia maliciosa.
Así que esto es lo que ocurrió, que una mujer que no sabemos quién es se acercó a la figura de
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