Orihuela es una ciudad maravillosa que tiene tantos años de
existencia que no es difícil encontrar entre sus páginas de la historia un
hecho extraordinario o una vida ejemplar que nos llamase la atención.
Un caso para estudio es la ejemplar vida de Antonia
Corrover, una religiosa Agustina del convento de San Esteban nacida en Orihuela
en el último tercio del siglo XVII.
Esta mujer fue bautizada en la “Pìla de los bordes”.
Y las pocas crónicas que nos llegan nos narran que llevaba
una vida tan santa que hasta el demonio dijo de ella estas palabras:
¡Ay de mí, esta beata me destruye!
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