Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

martes, 8 de agosto de 2023

La Profunda Simbiosis Mística de Gabriel Miró con la Muerte en su obra "El Sepulturero"

 




Introducción:

Dentro del vasto universo de la literatura, Gabriel Miró ha tejido un relato que se adentra en los pliegues de lo misterioso y lo sobrenatural. En su relato "El Sepulturero" (proporcionado al final del artículo), se despliega una trama enigmática y esotérica que revela una conexión íntima entre el protagonista y la muerte. A través de elementos como los "aparecidos", las "voces de ánimas en pena" y las "lumbres lívidas", Miró crea una atmósfera empapada de misterio, insinuando una relación trascendental entre el sepulturero y el mundo de los difuntos.

En el texto, Gabriel Miró reflexiona sobre el papel del sepulturero en la sociedad y su relación con la muerte. Describe al sepulturero como un personaje oscuro y misterioso que se ocupa de inhumar a los muertos. El autor explora la personalidad y las características del sepulturero, utilizando metáforas y elementos del folklore fantástico para pintar un retrato sombrío y siniestro. A través de la narración, Miró aborda la fascinación y repulsión que este personaje genera en la gente, así como las supersticiones y creencias asociadas a la muerte. El autor también destaca la importancia del sepulturero en la tradición y el contexto cultural, aludiendo a la conexión entre los vivos y los muertos en la sociedad. En el transcurso del texto, Miró utiliza la ironía y el humor negro para explorar las complejas emociones y actitudes humanas hacia la muerte y la figura del sepulturero.



El Ser que Desafía los Límites Mortales:

En el laberinto literario de "El Sepulturero", Gabriel Miró nos introduce a un entorno donde la muerte y lo sobrenatural caminan de la mano. El protagonista, el sepulturero, emerge como un ser enigmático capaz de desafiar incluso las fronteras de la vida y la muerte. A lo largo del cuento, su figura se presenta como alguien que posee la capacidad de interactuar con los difuntos y de navegar entre los aspectos oscuros de la existencia.



La Presencia Cósmica de lo Sobrenatural:

Los misterios sobrenaturales que impregnan el cuento son el telón de fondo que enfatiza la relación entre el sepulturero y la muerte. La mención de los "aparecidos" y las "voces de ánimas en pena" sugiere que el sepulturero está en sintonía con una dimensión que trasciende lo material. Estos fenómenos paranormales parecen someterse a su presencia, indicando que él posee un dominio sobre los misterios y secretos que abarcan más allá de la vida terrenal.



La Danza de las Lumbres Lívidas:

Una imagen que resplandece en la narración es la de las "lumbres lívidas que siguen a los caminantes". Estas luces etéreas, a menudo asociadas con lo espectral, contribuyen a la atmósfera enigmática que envuelve la historia. La presencia de estas luces que acompañan a los viajeros en la penumbra refuerza la idea de que el sepulturero desempeña un rol esencial en el reino de los difuntos, con la capacidad de influir en las manifestaciones más allá de lo material.



La Inmortalidad a Través de la Muerte:

Miró teje la noción sutil de que el sepulturero siente la inmortalidad de una forma única. Aunque no se profundiza en cómo experimenta este sentimiento, la narrativa sugiere que su vínculo con la muerte lo distingue de los demás mortales. Esta noción confiere un matiz enigmático y esotérico a su personaje, profundizando en la conexión profunda entre el sepulturero y el universo de los muertos.



Conclusión:

Dentro de "El Sepulturero" de Gabriel Miró, el autor trenza un tapiz literario enriquecido con misterio y esoterismo. A través de elementos como los "aparecidos", las "voces de ánimas en pena" y las lumbres lívidas, se genera una atmósfera cargada de lo sobrenatural. En esta tejedura, se insinúa una relación trascendental entre el sepulturero y el ámbito de la muerte. Esta simbiosis mística se erige como el epicentro de la trama, brindando a los lectores una exploración fascinante y evocadora de las fronteras difusas entre la vida y la muerte.

En el texto, Gabriel Miró describe al sepulturero como un ser monstruoso en términos de su apariencia y comportamiento. Utiliza imágenes y metáforas para caracterizar al sepulturero de manera inquietante y grotesca:

Vampiro necrofílico: Gabriel Miró compara al sepulturero con un vampiro necrofílico, haciendo referencia a sus "uñas" y su "carne lívida", lo que sugiere una figura siniestra y relacionada con la muerte.

Licántropo o leopardo: El autor también menciona al sepulturero en términos de un licántropo o leopardo, aludiendo a su aspecto y comportamiento bestial.

Pardales ominosos: Se refiere a los ojos del sepulturero como los de un "pardal" o leopardo ominoso, lo que añade a su aura de misterio y temor.

Satélite de la Muerte: Describe al sepulturero como un "Satélite de la Muerte", sugiriendo su conexión íntima y tenebrosa con el proceso de inhumación y la muerte misma.

En general, Gabriel Miró pinta una imagen macabra y aterradora del sepulturero, utilizando elementos del folclore fantástico y del horror para retratar a este personaje de manera que genere una mezcla de fascinación y repulsión en el lector.

En el texto se puede observar también una clara obsesión por la muerte y los cementerios por parte de Gabriel Miró. El uso de imágenes y metáforas relacionadas con la muerte, así como la descripción detallada y evocadora del sepulturero y su entorno, sugiere una fascinación profunda por estos temas. 

Algunos de los indicios de esta obsesión son:

Descripción detallada del sepulturero: Gabriel Miró dedica una gran cantidad de palabras y atención a la descripción del sepulturero, resaltando sus características físicas y comportamiento. Esto muestra un interés en explorar la figura de alguien que trabaja con la muerte de manera tan íntima.

Metáforas macabras: El autor utiliza metáforas como "Satélite de la Muerte" para describir al sepulturero. Estas metáforas evocadoras refuerzan la conexión del personaje con la muerte y crean una atmósfera ominosa.

Detalles del cementerio: Miró describe en detalle el cementerio y sus alrededores, enfocándose en aspectos como la luz de la luna sobre las tumbas y la vegetación. Esto indica una obsesión por crear una imagen viva y vívida de un entorno asociado con la muerte.

Exploración de la dualidad vida-muerte: El autor juega con la idea de la dualidad entre la vida y la muerte al comparar al sepulturero con seres vivos y muertos al mismo tiempo, como vampiros y leopardos. Esto sugiere una reflexión profunda sobre la naturaleza de la muerte y su relación con la vida.

Atracción y repulsión: El uso de términos como "atractivo" y "repulsivo" para describir al sepulturero refleja una ambivalencia en la percepción de la muerte y lo macabro. Esta mezcla de atracción y repulsión es indicativa de una obsesión subyacente.

Las partes con más dosis de misterio y esoterismo:

"El sepulturero" como personaje sobrecogedor: El autor describe al sepulturero como un personaje híbrido, monstruoso y malévolo, asociándolo con figuras arquetípicas del folklore fantástico como el vampiro necrofílico y el licántropo. Se resalta su intimidad con la muerte y su capacidad para vivificarla.

Relación con la muerte y los muertos: El autor explora la relación íntima del sepulturero con la muerte y los difuntos, destacando su papel en la inhumación y su cercanía física y diaria con la muerte. Se menciona su capacidad para dar vida a través de la muerte, lo que lo convierte en un personaje enigmático.

Elementos esotéricos en el entorno: El cementerio y la descripción del paisaje circundante tienen un tono misterioso. Se menciona cómo el sepulturero se encuentra en un entorno donde las campanas suenan en la vigilia de Todos Santos y la muerte se mezcla con la vida. También se habla de creencias en ánimas en pena y aparecidos, añadiendo un aire de superstición y misticismo al ambiente.

El simbolismo de la mirada del sepulturero: El autor resalta la mirada del sepulturero y su capacidad para "ver" más allá, sugiriendo una especie de doble vista que puede percibir la muerte en los vivos. Esta mirada se relaciona con un hombre que ha pasado por la ciudad, conectando eventos enigmáticos y evocando un sentido de destino o conexión oculta.

La dualidad entre vida y muerte: El autor explora la dualidad entre la vida y la muerte, haciendo hincapié en cómo el sepulturero vive y trabaja en medio de la muerte, siendo él mismo un ser aparte y único en su relación con la muerte. Esta dualidad crea un sentido de misterio en torno a su existencia y función.

Elementos sobrenaturales y rituales: Se mencionan elementos como las mariposas encendidas en honor a los difuntos y el ritual de la panilla, donde las abuelas enumeran sus difuntos. Estos elementos aportan un matiz sobrenatural y ritualístico al relato, creando una atmósfera enigmática.

En general, el autor utiliza una prosa hábil para explorar el misterio y el esoterismo en torno al sepulturero y su relación con la muerte, así como para plasmar elementos sobrenaturales y rituales que agregan profundidad al relato.

En este cuento, se describe la figura del sepulturero de manera enigmática y esotérica. El sepulturero tiene una relación única con la muerte, siendo el único que puede sentir su inmortalidad. Se le muestra como alguien que trabaja entre los muertos y cava tumbas en un cementerio abarrotado. Aunque realiza una labor macabra, su conexión con la muerte lo hace especial.

Se mencionan elementos de misterio, como la idea de que el sepulturero puede disfrutar dividiendo cráneos en la fosa común y su capacidad de sentir la inmortalidad que otros no pueden. También se describen apariciones y temores relacionados con los difuntos que se someten a la presencia del sepulturero en el cementerio.

El cuento también toca temas de la vida cotidiana en la aldea, y se muestra cómo la figura del sepulturero es temida y al mismo tiempo necesaria. Se destaca cómo en la aldea todos podrían ser sepultureros, pero no lo son debido a las implicaciones simbólicas que esto conlleva.

El relato culmina con una escena en la que el sepulturero se encuentra en medio de una celebración en el cementerio, y su presencia provoca un aura misteriosa. El cuento finaliza con una visión en la que la ciudad y la vida cotidiana se mezclan con la figura enigmática del sepulturero.

En el cuento, se menciona que cuando los difuntos llegan de noche por la parte del camposanto, todas las consejas aldeanas de aparecidos y todos los sustos que agobian a los niños y enfrían la piel de los adultos se paran y se someten delante del corazón del hombre que está cavando un bancal. Esta descripción evoca la idea de que la presencia del sepulturero, que tiene una relación íntima con la muerte, tiene el poder de calmar o controlar las apariciones y temores relacionados con los difuntos.

Las palabras "aparecidos" sugieren la idea de fantasmas o espíritus que se manifiestan, y "voces de ánimas en pena" añaden una atmósfera sobrenatural. La imagen de lumbres lívidas que siguen a los caminantes refuerza esta sensación de lo misterioso y sobrenatural. Estos elementos se encuentran en contraste con el sepulturero, quien parece ser capaz de enfrentar esta atmósfera de temor de manera imperturbable, como si su conexión con la muerte lo protegiera de las apariciones y temores que afectan a los demás.

En el cuento, se mencionan elementos que evocan la presencia de lo sobrenatural y lo misterioso en relación con los difuntos. Estos elementos contribuyen a crear una atmósfera cargada de misterio y esoterismo en la narración. Veamos las partes específicas en las que se mencionan estos elementos:

"Resucitados, voces de ánimas en pena, lumbres lívidas que siguen a los caminantes": En esta frase, se hace referencia a dos elementos clásicos del folclore relacionado con los difuntos y lo sobrenatural. Los "resucitados" hacen referencia a la idea de que los muertos puedan volver a la vida o manifestarse de alguna manera. Las "voces de ánimas en pena" sugieren el concepto de almas atormentadas que no han encontrado descanso y siguen vagando en el mundo de los vivos. Por último, las "lumbres lívidas que siguen a los caminantes" insinúan la imagen de luces fantasmales o resplandores inexplicables que acompañan a las personas en la oscuridad, un fenómeno común en las leyendas de apariciones.

Estos elementos contribuyen a crear una sensación de lo sobrenatural y lo misterioso en el entorno del cementerio, donde los fenómenos paranormales parecen estar presentes y los difuntos pueden manifestarse de diferentes formas.

"Por el cielo de los olivares pasan los grajos. Y en la aldea doblan las campanas...": Esta imagen final del cuento refuerza la atmósfera misteriosa y sobrenatural. Los grajos son aves asociadas a la muerte en muchas culturas, y su paso por el cielo puede interpretarse como un signo ominoso. Las campanas que doblan en la aldea pueden ser símbolo de luto y muerte, añadiendo un toque sombrío a la escena.

En conjunto, estas referencias a "aparecidos", "voces de ánimas en pena" y "lumbres lívidas" contribuyen a crear una atmósfera de misterio, sugerencia de lo sobrenatural y elementos esotéricos en el cuento. Estos elementos enriquecen la narración con una sensación de lo inexplicable y lo más allá, aumentando el aura enigmática que rodea al sepulturero y su conexión con el mundo de los muertos.


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