En los rincones más oscuros del imaginario valenciano, se alza el temible Hombre del Saco. De todos los monstruos que pueblan las leyendas, él es el que más se asemeja a un ser humano. Un vagabundo de aspecto desaliñado, alto y robusto, cuyo rostro sucio y lleno de piojos inspira repulsión.
Según cuentan las historias que circulan sobre él, el Hombre del Saco recorre los pueblos a pie, llevando consigo un enorme saco colgando de su cuello. Su propósito siniestro es atrapar a los niños que encuentra en las calles. Nunca se adentra en las casas, siempre acecha en los espacios abiertos, acechando a sus presas inocentes.
Para atraer a los niños, el Hombre del Saco utiliza artimañas, llevando consigo dulces, juguetes e incluso instrumentos musicales como una flauta. Su saco está repleto de niños que se mueven y gritan, llamando a sus padres en busca de rescate.
Durante décadas, este monstruo ha sido utilizado por los padres para infundir miedo y mantener el control sobre sus hijos, evitando que se alejen demasiado. Dependiendo de la región, recibe diferentes nombres, como el Pare Llop o el Puto Vell en Mutxamel y San Juan. Su apariencia también se vincula con la figura del saginer (mantecas) o greixer, quienes supuestamente capturaban niños para extraerles su grasa.
Según se dice, el mito español del Hombre del Saco tendría sus raíces en un hombre real que existió en los siglos XVI y XVII. Víctor Hugo, en su obra "El Hombre que ríe", hace mención a este personaje encargado de recoger bebés huérfanos para llevarlos a los orfanatos. Los transportaba en una gran bolsa de mimbre, recogiendo más niños a medida que avanzaba. Muchos de ellos morían en el camino debido a la falta de cuidado y a las condiciones insalubres en las que eran transportados.
Así, el Hombre del Saco se ha convertido en una figura aterradora en la tradición valenciana, alimentando los temores de los niños y recordándoles los peligros que acechan en las sombras. Su leyenda perdura, recordando a todos que la oscuridad puede ocultar secretos mortales y que la protección de los padres es fundamental en un mundo lleno de peligros y misterios insondables.
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