Hace apenas unos días, comencé una sección en mi blog dedicada a las fascinantes figuras que, como seres mitológicos, se encuentran dispersas por toda Orihuela.
Sin embargo, hoy, mientras hojeaba unos libros sobre el Colegio Santo Domingo, me encontré con unas imágenes que dejaron una fuerte impresión en mi ser.
Estas figuras talladas aparecen junto al escudo de los dominicos, en la portada que da acceso a la iglesia. Les advierto que las imágenes que presenciarán pueden herir su sensibilidad, ya que poseen un toque macabro y sombrío.
En la primera figura, nos encontramos con una especie de camaleón demoníaco que acecha a su víctima, quien yace empalada, esperando un destino terrible y siniestro.
La segunda figura muestra a dos extraños seres, aparentemente elfos con sombríos gorros, fundidos en una mueca horrible de unión eterna e inseparable. Casi parecieran siameses, representando a dos cautivos aguardando su trágico final bajo el yugo de las fuerzas oscuras. Uno de ellos con un rostro maquiavélico, mientras que el otro muestra una apariencia afable y benigna.
En la tercera figura, se nos revela un demonio alargado, con un rostro espantoso, aproximándose con intenciones horripilantes hacia una víctima sumisa e inmovilizada. En su mano sostiene un saco, cuyo contenido solo se puede imaginar. El rostro de la víctima refleja dolor y sufrimiento indescriptibles.
¿Qué quiso representar el autor con estas enigmáticas esculturas? Lamento no ser un experto en simbología, quizás debamos convocar al Doctor Robert Langdon para que nos desvele su significado oculto.