La versión de la Izquierda:
En 1971, un grupo de jóvenes cargados de ilusión y optimismo, forman un pequeño grupo cultural en la calle de la corredera. El Club Tháder.
En 1971, un grupo de jóvenes cargados de ilusión y optimismo, forman un pequeño grupo cultural en la calle de la corredera. El Club Tháder.
Allí se reunieron de vez en cuando para tratar temas de
relevancia.
Uno de sus actos más importantes fue el Primer Homenaje en
la Historia de Orihuela a Miguel Hernández en el aniversario de su muerte.
Durante una semana (del 22 al 27 de Marzo de 1971) se
celebraron en el local del cine Riacho, una serie de actos tales como
conferencias, teatro, música y poesía.
El lleno fue absoluto.
El pueblo oriolano participó activamente de estos actos y
fue una alegría comprobar que la memoria de nuestro poeta no había caído en el
olvido.
Para costear la carga económica que supuso este esfuerzo
extra se propusieron varias soluciones:
La primera de ellas era una rifa de un viaje a través de la
venta de las típicas papeletas. Pero fue desechado por el escaso margen de beneficio.
Entonces, sus cabezas fueron iluminadas por la llama de la
sabiduría y optaron por cambiar el premio del viaje por regalar las Obras Completas
de Miguel Hernández.
Fue tal el éxito de la rifa que tuvo que volver a repetirla.
Así fueron sufragados la mayor parte de los gastos.
Con toda la programación de los distintos actos ya
programada, vino para desmoralizarlos el problema de la censura.
El grupo ilicitano escogido que iba a realizar una
escenificación poética basada en las poesías de Miguel Hernández era “La
Carátula” y los folios en donde estaban escritos los versos aparecían llenos de
sucios tachones impuestos desde la Censura de la Gobernación.
Obligados por ley estaban de presentar los folios que
componían el programa al Cuartel de la Guardia Civil de Orihuela.
Cuando fueron a recogerlo dos horas antes del inicio del
evento, desde el despacho del teniente de la Guardia civil les hicieron saber
que la censura había hecho desparecer de golpe y porrazo de la función mucho
más material dejando la duración de la misma a tan solo una hora.
Estos jóvenes mantuvieron en secreto este hecho y no se lo hicieron
saber a la Comisión de los actos ni a “La
Carátula”.
Durante la función que transcurrió con normalidad, se presentaron
unos sujetos que aun tratando de pasar desapercibidos todos supieron que se
trataba de la policía secreta.
Y también ocurrió lo mismo al día siguiente en la función de
los cantantes.
Lo más reseñable fue que en el cartel que se realizó para
pedir la ayuda económica del resto de vecinos, se había destacado en rojo la
palabra “Socorro” que no escondía ningún propósito oculto. Pero algunos de los
fotógrafos dejaron constancia en sus fotografías que aquello era intencionado y
que se trataba de una señal suspicaz que sólo algunos podían descubrir entre
aquellas letras rojizas disfrazadas de mensaje subversivo.
A raíz de aquello, varios de los integrantes del grupo
cultural Tháder fueron interrogados entre ellos su Presidente, José Martínez
Carmona y José Cases además de otros de los organizadores del evento que
tuvieron que presentarse en el cuartel de la Guardia Civil de Orihuela mientras
sus domicilios eran registrados
La marcha de clausura que debía terminar en el cementerio de Orihuela fue terminantemente prohibida.
La versión de la Derecha:
Fue un abuso del grupo de la izquierda que descaradamente pisoteaba su propio discurso sobre la libertad
aprovechándose de la buena voluntad del pueblo, los dirigentes y las
autoridades de la ciudad de Orihuela que habían dado su permiso para que se
celebrara el evento, en un momento delicado de la historia de España, convirtiendo
lo que iba a ser un acto conmemorativo y pacífico hacia la figura de Miguel Hernández
en una reunión de carácter político con llamadas sutiles pero visibles por
todos a simple vista a la subversión, como el ejemplo del famoso cartel en
donde de miles de colores se eligió el rojo distintivo del movimiento de la
izquierda para rotular la palabra “Socorro”.
¡Qué casualidad tan generosa!, ¡La
palabra más importante de la sala y en el color más característico del
movimiento comunista!
Con un matiz en sus discursos cargado de mensajes que iban
más allá de lo puramente cultural como eran las continuas alusiones a intelectuales
que comulgaban con sus ideas políticas (Antonio Gramsci, Rafael Alberti, sí, aquel que lo echó de su casa allá en Madrid, a nuestro querido poeta) o dirigentes
extranjeros pertenecientes a la izquierda más radical.
Por eso hubo censura y detenciones con registros.
Aquello fue una provocación.
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