Por boca del propio demonio hemos oído escuchar que en una
hermosa ciudad de la Vega Baja, allí donde se asienta el monte san Miguel, se
esconde un lugar mágico en donde es difícil no caer en la tentación.
El pecado en forma de dulces realizados a mano por unas
monjas que viven en la austeridad siguiendo sus votos de castidad y pobreza.
Estos dulces han sido declarados divinos placeres de la
humanidad y una importante cadena de tiendas intentó conseguir la comercialización en sus centros de estos gloriosos pasteles.
Por supuesto, las monjas oriolanas del Convento de la
Trinidad, se negaron, rechazando la propuesta del Corte Inglés.
Abierto todo el año.
Lunes a sábado:
Mañanas 10 - 13:30
Tardes 16:30 - 18:30
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